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La segunda papelera de Portugal diseñará la biofábrica de fibras textiles de Galicia

Una de las fábricas de papel de Altri en Portugal. Altri

Galicia y Portugal son mucho más que simples vecinos en la industria forestal. El gigante luso del sector, The Navigator Company, hizo un viaje de ida y vuelta a la comunidad para abastecerse de eucalipto. Aquí estuvo hasta 2014, cuando la compañía se llamaba Portucel. Luego se cambió el nombre para vestir su ambiciosa estrategia de expansión internacional con una marca más global con la que regresó a Galicia en 2017 en busca de terrenos. Supera ya las 1.000 hectáreas y quiere más.

La sociedad público-privada que lleva los proyectos tractores para los Next Generation elige a Altri como socio industrial | La capacidad anual será de 200.000 toneladas

Su gran competidora es Altri, la otra referente del negocio de la madera y la transformación en papel y celulosa en Portugal. Su negocio se parece mucho a Ence, una mezcla de producción de pastas (1,1 millones de toneladas el pasado 2020) y generación de electricidad a partir de biomasa (732,6 gigavatios hora). También la segunda papelera portuguesa salta el Miño, pero como socia industrial de la sociedad público-privada encargada de los proyectos tractores con los que Galicia concurre a los fondos de recuperación de la UE tras la crisis del coronavirus. Altri asumirá todo el proceso de diseño de una biofábrica de fibras textiles a partir de madera.

Impulsa Galicia, participado por la Xunta (40%), Abanca (38%), Reganosa (12%) y Sogama (10%), anunció ayer la selección de Altri dentro de “un proceso selectivo equitativo, homogéneo y de ámbito nacional e internacional” bajo “criterios técnicos, operativos y estratégicos”.

“El líder industrial elegido, que en las siguientes fases explotará alianzas con toda la cadena de valor del sector forestal gallego"

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“El líder industrial elegido, que en las siguientes fases explotará alianzas con toda la cadena de valor del sector forestal gallego –añade la sociedad–, se compromete a costear el diseño y el desarrollo de la iniciativa hasta llevarla al momento de la inversión”. ¿Significa eso que Altri no la pondrá en pie? Impulsa Galicia no da más detalles, si es posible que Altri siga en los siguientes pasos como gestor de las instalaciones o, incluso, compatibilizándolo como uno de los accionistas. Poner la factoría en pie requerirá unos 800 millones de euros. Hasta que llegue el momento de la inyección, la sociedad liderada por la Xunta, “cooperará con Altri en la búsqueda de emplazamientos para la actividad y en la tramitación administrativa”.

En la comunicación a la Comissao do Mercado de Valores Mobiliários, la CNMV lusa, Altri concreta que lo que se firmó ayer es un Memorando de Entendimiento (MoU) para “analizar, en exclusiva, la implementación de un proyecto industrial pionero” en Galicia por parte de “un consorcio” encabezado por ella. “El proyecto implica el desarrollo de un complejo industrial con capacidad anual para producir 200.000 toneladas de pulpa en disolución y fibras sostenibles con el objetivo de abastecer la creciente demanda del sector textil y sacar provecho del clúster textil del norte de la Península Ibérica”, explican los responsables de la papelera, que esperan que la biofábrica “sea elegible” en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Gobierno lanzó con el apoyo de los Next Generation.

“Este complejo industrial –añade Altri en su notificación al supervisor bursátil portugués– se desarrollará con los más altos estándares en materia de sostenibilidad e innovación, buscando ser un referente en la economía circular en el sector de las fibras textiles en la región de Galicia, además de aportar importantes beneficios sociales y económicos para la región”. Pero no es un acuerdo definitivo. Lo será “en el segundo semestre de 2022” si, según Altri, se cumplen “un conjunto de condiciones precedentes” . Preguntada por estas condiciones, fuentes de Impulsa Galicia aseguran a FARO que la compañía se refiere al camino previo a la entrada de inversores, que se formalizaría a partir de esa fecha que da Altri.

El producto final previsto en la biofábrica es el lyocell, elaborado a partir de pasta o celulosa, muy versátil para combinarlo con otras fibras como algodón, poliéster, lana o seda. Se comercializará “para hilado, corte y confección”. Cuesta más que otros tejidos, pero la apuesta por la sostenibilidad ha hecho de él todo un fenómeno entre las grandes marcas de moda, como las enseñas de Inditex o H&M.

Impulsa Galicia defiende que el plan no “alterará” el mercado de la madera e, incluso, “promoverá la gestión de madera certificada” y “culminará la vieja aspiración de cerrar el ciclo productivo del sector forestal en Galicia”. De llevarse a cabo, se crearían 1.700 empleos durante la construcción; 1.600 directos en operación, mantenimiento y logística una vez que abra; y otros 6.500 indirectos. Enyd López, directora general de Impulsa Galicia, asegura que Altri es “un socio sólido”. “Estamos en los primeros escalones de un proyecto inclusivo, abierto en su desarrollo a la colaboración de todo el sector forestal gallego, pensando especialmente en las pymes y en toda la cadena de valor –valora–, que, además, como el proceso en sí mismo, estará digitalizada y aplicará los principios de la movilidad sostenible”.

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