La compleja digestión de la crisis de los semiconductores (o microchips) ha forzado a la industria del automóvil en pleno a ejecutar distintas medidas de flexibilidad interna para adaptarse al suministro de este componente. A las bolsas de horas les sucedieron las suspensiones masivas de empleo –a través de los ERTE, que deberán ser prolongados hasta bien entrado 2022–, y a éstos las cancelaciones de turnos completos. Fases por las que habrá pasado completamente la factoría de Stellantis Vigo el 4 de octubre, cuando inicie el proceso de movilidad de plantilla tras haber decidido parar sine die el turno de fin de semana en el Sistema 2 (de comerciales ligeros). La dirección de la planta suscribió ayer con el 84% de la representación sindical (SIT, CC OO y UGT) el acuerdo de acompañamiento, en el que se ha primado el “equilibrio entre turnos” y que han rechazado las centrales CIG y CUT. El empleo temporal es el que sufrirá este recorte de producción de la antigua PSA-Vigo, por cuanto no está amparado en el ERTE y no será renovado. En todo caso, los operarios que abandonen Balaídos sin haber cumplido un año de vínculo laboral tendrán una “incorporación preferente en el próximo trimestre”, tal y como figura en el convenio.
“Siempre que la organización industrial lo permita”, como matizó el sindicato SIT. Porque la incertidumbre acerca de la evolución de la crisis de los chips es latente a nivel global, y trasciende a la industria de la automoción. “Nos vemos en una delicada situación, un problema ajeno a la propia fábrica y al grupo en sí mismo –abundó la misma organización–, que golpea igualmente a todos los constructores y demás mercados”. En un boletín interno, y con datos de la consultora IHS Markit, el Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga) ya advirtió a finales de agosto que los efectos de la escasez global de chips “pueden llegar hasta 2023”. Y que, igualmente, no será hasta el segundo trimestre del año que viene cuando se produzca “cierta estabilización en el suministro”. Stellantis Zaragoza, Renault Valladolid, Hyundai Brasil o Scania (Suecia, Francia y Países Bajos) también han suspendido temporalmente turnos completos de producción.
En la planta de Balaídos se realizarán movilidades de trabajadores al cuarto equipo del Sistema 1 y hacia turnos de día y noche en ambos sistemas, “a medida que los vencimientos de contrato previstos en los próximos días permitan disponer de vacantes”, divulgó UGT a sus afiliados. “Se priorizarán las movilidades de las personas con mayores dificultades de adaptación puesto-persona”, complementó Comisiones. Los sindicatos firmantes defendieron la idoneidad del acuerdo, así como la empresa, que confió en un pronto restablecimiento de la situación, máxime con la “buena acogida” de las furgonetas. “Iniciamos este proceso marcándonos como prioridad garantizar una protección social y económica para el colectivo de trabajadores afectados por la suspensión de este turno”, destacó CC OO, que no obstante aseguró que “el lunes modificaremos nuestro posicionamiento si los compañeros entienden que no debemos dar el visto bueno a las medidas”.
Más alteraciones
La planta de Stellantis-Opel de Figueruelas –cliente de proveedores de componentes y servicios logísticos gallegos– mantendrá la próxima semana parada su actividad en sus dos líneas de producción, también por la falta de semiconductores. Según confirmó la empresa, los problemas de abastecimiento de componentes hacen necesario paralizar la actividad productiva en las dos líneas durante la semana del 27 de septiembre al 1 de octubre. El pasado martes, la automovilística tuvo que parar su actividad en las dos líneas desde las 22.00 horas, una situación que se prolongará durante toda la semana próxima, del 27 de septiembre al 1 de octubre.
