El mayor astillero privado de España se quedó sin carga de trabajo el 15 de marzo, cuando su entonces presidente ejecutivo, Douglas A. Prothero, decidió llevarse el único barco en cartera a Santander con la falsa promesa de regresar a Vigo en un mes.
Hijos de J. Barreras se alimenta solo, desde junio, de una transferencia mensual que le hace su propietario final, el fondo norteamericano Oaktree, por un “importe máximo de 4,8 millones de euros”. Sobre el papel, el vínculo con la naviera Cruise Yacht –utiliza The Ritz-Carlton Yacht Collection como marca comercial– es pleno, toda vez que ésta cuenta con el 100% de las acciones de Barreras; a ojos del sector, esa relación es poco consistente. El crucero Evrima pasó a manos de otra de las firmas del entramado de Prothero y Oaktree, se rompió el contrato de construcción, decenas de contenedores de material abandonaron Beiramar y se pactó un ERTE de un año, que seguirá en vigor para cuando se ejecute la venta del astillero.
El hilo que une hoy al astillero con su dueño es esa inyección de liquidez, que se mantendrá –inciden fuentes próximas a Kroll, que ejerce de gestora de Barreras– “mientras haya trabajo con el barco”. Un horizonte temporal difuso pero corto: Prothero mantiene la intención de llevarse el barco de España cuando el Evrima pueda navegar por sus propios medios. Finales de octubre. Barreras es, ahora mismo, un simple proveedor de servicios del Evrima, como las auxiliares MJM, Bluetech, Team Electric o Urkira. “Presta servicios para la construcción del barco”, inciden las mismas fuentes.
El acuerdo
El 8 de junio Cruise Yacht 1 –una de las múltiples mercantiles creadas en Malta por Oaktree y dueña del crucero– firmó un acuerdo con Barreras, en el cual garantizaba la continuidad de esa transferencia bancaria hasta el 30 de septiembre. Desde el entorno de Kroll matizaron a FARO que era una fecha “sujeta a prórrogas”. ¿Qué pasará cuando los trabajos a bordo terminen? “Se estudiará en cuanto suceda”. El mandato a la consultora no ha cambiado, y el objetivo es cerrar la venta de Hijos de J. Barreras antes de final de año, aunque se han dado un plazo algo más extenso (hasta el 28 de febrero) para exprimir al máximo el blindaje anticoncursal del Gobierno. Y la hoja de ruta de Douglas Prothero también es la misma. El buque premium subió a dique seco este fin de semana –seis meses después de llegar al muelle de Santander–, se adelantarán los trabajos de tuberías o electricidad, se pintará el casco y se conectarán los paneles del puente de mando con la sala de máquinas. El Evrima deberá ser sometido a las pruebas de estabilidad y, a priori, podrá navegar por sí mismo.
Será entonces, en poco más de un mes y medio –expertos del sector dudan que los planes del armador canadiense se cumplan–, cuando dirá adiós a España con rumbo desconocido. La habilitación se hará fuera del astillero cántabro de Astander, al contrario de lo que el propio Prothero había prometido al mandatario autonómico Miguel Ángel Revilla, quien llegó a programar una visita institucional a la atarazana de Grupo Astican para celebrar la adjudicación a su industria naval “del mayor contrato de la historia” en España. FARO ha tratado de contactar reiteradamente con el gabinete del Ejecutivo de Cantabria para averiguar si ya se les ha trasladado que aquel compromiso se ha anulado, pero no ha obtenido respuesta.