El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado esta semana por Banco Sabadell a los sindicatos, que supondría el recorte de 1.900 puestos de trabajo, elevará a alrededor de 17.000 empleos los afectados por los ajustes realizados por la gran banca en España durante el último año. Los motivos esgrimidos por Sabadell para llevar a cabo este recorte se sustentan en la búsqueda de una mayor rentabilidad en un entorno de bajos tipos de interés y con una creciente presión en los márgenes, una situación que se ha recrudecido desde el comienzo de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020.

Se trata, no obstante, de una situación que está experimentando todo el sector bancario, que ya ha realizado varias reestructuraciones sobre sus plantillas y sus redes de oficinas como una de las palancas para reducir la factura de los costes. La transformación digital, acelerada a raíz de la pandemia, ha venido a sumar más presión a la banca, que está reorientando sus negocios para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo hacia el uso del canal digital por encima del canal offline, es decir, la presencia en oficinas.

Sin embargo, existe una encrucijada para el sector: al tiempo que la reestructuración y la digitalización permiten ganar en eficiencia y en rentabilidad, el cierre de oficinas ha provocado las quejas y denuncias por parte de asociaciones del medio rural y partidos políticos debido a que estos recortes afectan, especialmente, a las poblaciones rurales con menor acceso a los servicios bancarios, como está sucediendo en algunas localidades gallegas. De hecho, un informe de Banco de España detectó que casi 1,2 millones de españoles no contaban a finales de 2020 con un punto tradicional de acceso a efectivo en su municipio.

El Sabadell suma 1.800 salidas a las 1.900 pactadas en otro ERE a finales de 2020. CaixaBank y BBVA son las otras dos grandes entidades que a día de hoy están inmersas en la aplicación de ajustes en sus plantillas, con un ERE de 6.452 empleos y de 2.735  (y 210 excedencias), respectivamente. Santander completó su ERE a finales de julio con la salida de los 3.572 empleados que contemplaba el proceso. Bankinter ha sido, por el momento, la única gran entidad que no ha realizado este tipo de ajustes.