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Justo Sierra | Presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime)

“La feria Mindtech será la rampa de salida para la recuperación de nuestra industria”

“Tendremos que asumir que habrá una bajada de márgenes, es muy complicado que los clientes finales asuman todo el aumento de costes por el precio de las materias primas”

Justo Sierra, en la sede de Asime. | // ALBA VILLAR

El de Mindtech ha sido un ejercicio de resiliencia, de una de las pocas ferias sectoriales que ha decidido mantener un evento presencial tras la pandemia. Organizada por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), arranca el 14 de septiembre en el recinto ferial de Vigo (Ifevi). Justo Sierra es el presidente de la organización.

–La feria arranca en menos de diez días. ¿Qué se van a encontrar los asistentes?

–Se van a encontrar empresas de metalmecánica tradicional, pero también relacionadas con automatización, aeronáutica, automoción, naval… Con un factor común, que es la adaptación a las nuevas tecnologías.

–Mindtech se presenta como el evento de referencia en el polo ibérico, pero hay presencia de países extracomunitarios.

–Tiene una clara vocación de feria internacional. Estamos con empresas y delegaciones de Polonia, Argelia, Marruecos, Portugal, Alemania, Túnez, México… Exhibimos lo que se hace desde Galicia y Portugal hacia el mundo, pero también es una plataforma para que empresas y organismos de estos países puedan llegar a acuerdos de colaboración con firmas locales.

–Que es un poco el reflejo de lo que hace ya la industria gallega, netamente exportadora.

–Desde Asime siempre estuvimos apostando porque una de las claves de futuro es la diversificación, y la feria aúna dos vertientes clave. Una es la internacionalización. A raíz de las dos crisis, de 2008 y de la pandemia, se ha visto claramente que cuanto más diversifiques tu cartera de clientes y tu ámbito de actividad menos riesgos tienes. La segunda, diversificación de sectores. Hay empresas que tienen capacidad y tecnología para posicionarse en actividades que, hasta ahora, eran tangenciales.

Justo Sierra, presidente de Asime. // Alba Villar

Ficha personal


Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Santiago de Compostela. Tiene un Máster en Dirección y Gestión de Comercio Exterior también por la USC y un Executive MBA por la Escuela de Negocios Afundación (Ieside). Es consejero delegado y presidente de Urovesa, donde había ejercido de director de marketing y director comercial. Desde julio de 2018 es presidente de Asime.

–Se celebra en un contexto muy complejo, en el que la mayor parte de este tipo de citas se han pospuesto para 2022. Resisten Mindtech y Conxemar. ¿No tuvieron la tentación de suspenderla?

–Sí, claro. En principio estaba previsto celebrarla antes del verano, pero estábamos recién salidos de una tercera ola. Hemos apostado por la feria porque es el momento adecuado, estamos llegando a unos niveles de inmunidad colectiva suficientes para ver que la recuperación económica en 2022 y 2023 va a ser lo más probable. Es una rampa de salida para la recuperación. Sí que evaluamos el grado de presencialidad, si teníamos que apostar por un formato más mixto o más virtual. Pero lo cierto es que las ferias no dejan de tener un componente humano importante, relacional, son un punto de encuentro físico. Obviamente, vamos a tener un entorno totalmente seguro.

–¿Qué previsiones manejan de asistencia?

–Manejamos unas cifras en el entorno de los 20.000 visitantes, lo cual en las circunstancias actuales sería un éxito. Que una feria presencial arranque después del verano, tras lo que hemos vivido, y que reciba 20.000 visitantes son palabras mayores, es para nota. Tenemos más de 150 confirmadas, estamos intentando confirmar, con flecos de última hora, acercarnos a las 200.

"Que un evento presencia reciba 20.000 visitantes, como prevemos, es para nota"

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–¿Qué papel, o qué peso pueden tener los fondos de recuperación en el contexto de la feria?

–Los fondos van a permitir a muchas empresas que este posicionamiento del que le hablaba, de diversificación, sea más asumible. Muchas empresas se están dando cuenta de que, si bien no tienen que cambiar sus modelos de negocio, al menos sí reorientarlos. Dentro de esa reorientación, las ayudas de Europa nos están marcando claramente cuáles van a ser los vectores que van a facilitar a transformar la economía. Adaptación de estructuras existentes, reorientación de las capacidades… Hay que ponerse las pilas, eso sí, y para eso Europa nos va a poner en la rampa de lanzamiento. Es una oportunidad única, y es ahora: o damos un paso adelante o probablemente perdamos competitividad en las próximas décadas.

–La feria se produce también en un contexto complejísimo. Incremento de costes de materias primas, colapso del comercio marítimo, el precio de la luz… ¿Tiene la industria gallega músculo y pulmón para resistir?

–A nivel de gestión, el año 2020 fue complejo por la propia pandemia, la actividad se iba a ver reducida porque la demanda iba a bajar. Pero las empresas de alguna forma lo podían gestionar. Ahora el problema no solo es la falta de materia prima, es que se están multiplicando sus costes por mucho, y sometida a un nivel enorme de incertidumbre en el corto plazo. Ahora mismo una empresa que tiene un producto complejo no puede programar las actividades productivas, el 2021 está siendo tan o más complicado que el año pasado a nivel de gestión interna.

"El 2021 está siendo tan o más complicado que el año pasado a nivel de gestión interna"

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–¿Hasta cuándo prevén este nivel de tensión?

–Lo vemos como algo coyuntural, somos optimistas en este sentido. Creo que se resolverá en unos meses.

–¿Reducción de márgenes, traslado a precio final o un mix de ambas? ¿Qué están haciendo las empresas?

–Depende del sector y del producto. Los grandes proyectos a largo plazo, como el naval o la aeronáutica, están atendiendo ahora a proyectos que maduraron o se fraguaron hace tiempo, en los que no es tan fácil trasladar un incremento de costes a precio final. Se trata de proyectos firmados, se podrá renegociar quizás alguno de los contratos, pero tampoco es tan sencillo. Otra cosa son las empresas que fabriquen algo de mayor rotación, donde el incremento de coste sea necesario y asumido por compradores nuevos, que tendrán que entenderlo. En cualquiera de los dos casos, sí tendremos que asumir que la industria tendrá una bajada de márgenes porque es muy complicado que los clientes finales asuman todo el aumento de costes.

“La eólica ‘offshore’ debe ser compatible con la pesca; sería descabellado no aprovecharla”


–Asime ha defendido siempre las oportunidades de la eólica “offshore”, y ahora ya es una realidad, hay proyectos sobre la mesa. ¿Cómo ven las reticencias, por ejemplo, del sector pesquero?

–Deberíamos aprovecharlo. Tenemos el recurso, existen zonas donde el viento es explotable; tenemos kilómetros de costa y experiencia, con industria bien posicionada en la cadena de valor; también zonas costeras que permitirían evacuar la electricidad generada. El problema, que estamos tropezando con un puzzle muy complejo. La actividad pesquera es tradicionalmente muy importante, se trata de que se vea afectada lo menos posible, y espacios de protección ambiental. Y una plataforma costera que llega a donde llega, a partir de la cual todavía no existe la tecnología para explotarlo. Poniendo todo eso encima de la mesa, debemos buscar un equilibrio razonable, sería una pena no poder aprovechar este recurso. Tiene que ser una actividad compatible con todos los factores. En Asime vamos a apostar por ello, somos un país energéticamente dependiente, generaría miles de puestos de trabajo de alta cualificación. El naval, por ejemplo, podría reorientarse hacia la eólica offshore. Sería descabellado perder esta oportunidad.

–Arrecian cada vez más las críticas a la ausencia de level playing field, cada vez en más sectores. Aceros, pesca, naval…

–Si estamos hablando de competir en un entorno naval, las reglas de juego deberían ser aplicables a todos los países. Si a nosotros se nos ponen una serie de condiciones para trabajar, de sostenibilidad o libre competencia, uno de los problemas que nos vamos a encontrar son terceros países que vayan por su cuenta. Debemos visibilizar que de nada nos sirve ser estrictos si después las mismas reglas no se aplican en otras zonas del mundo. En Europa vamos por el camino por el que debemos ir, pero cuando se está autoimponiendo un marco de juego, que es el que debe ser, surgen esos países donde las normas son mucho más tibia. Por eso a algunas empresas nos cuesta más competir.

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