El Evrima vuelve a sufrir un retraso en su proceso de construcción. El crucero que abandonó Vigo e Hijos de J. Barreras el pasado marzo tenía previsto subir hoy al dique en Astander, el astillero de Santander al que lo llevó su armador y dueño de la atarazana olívica, Cruise Yacht. Sin embargo, su lugar está ocupado por una draga y la maniobra no está prevista hasta el próximo sábado. Mientras los trabajos continúan a bordo y según fuentes conocedoras del proyecto hay ya unos 600 trabajadores dedicándose a finalizar el buque.
En el barco trabajan unas 600 personas
La hoja de ruta del nuevo responsable del proyecto, Brian Swensen, fijaba el día de hoy como la fecha en la que el buque subiría a dique para proceder a las labores de pintado, aquellas por las que el barco supuestamente dejaba Vigo por el plazo de un mes. Como avanzó FARO, un letrero digital colocado en una de las carpas con las que Cruise Yacht ocupó Astander recordaba a los operarios el tiempo que resta el drydock, pero el contador tendrá que ser ampliado.
Fuentes conocedoras del proceso informan que el dique de Astander está ocupado por una draga de casi 100 metros de eslora y bandera belga, Marieke, cuyos trabajos a bordo impedirán la subida del Evrima, prevista ahora en un principio para el sábado. Una vez finalice el pintado del barco ultrapremium, la idea es que vuelva al muelle a finales de octubre para sus pruebas de mar.
A bordo están trabajando ahora unas 600 personas de la mano del casi medio centenar de empresas incorporadas al proyecto con las que Douglas Prothero, armador y hasta julio presidente ejecutivo de Barreras, reemplazó a auxiliares de Vigo.
El personal que opera a bordo lo hace principalmente en zonas comunes, en la habilitación de la tripulación, sala de máquinas... “Se trabaja en todos los sitios menos en los camarotes de la habilitación de pasaje”, apuntan las mismas fuentes consultadas por este periódico.
Mientras la actividad con el Evrima da trabajo en Santander, el astillero vigués se mantiene parado. Hijos de J. Barreras sigue en su proceso de venta de la mano de Kroll Business, con los bloques de Havila apilados y sin desguazar y con la incertidumbre sobre su futuro, el de la plantilla y el de las auxiliares que esperan el cobro de la deuda.
