Si este verano se va por ahí de vacaciones y se hospeda en un hotel, la cama donde ha dormido puede que la haya hecho una persona por menos de dos euros. Subcontratada, con jornadas de más de 10 horas al día, con cambios continuos de turno o la posibilidad de ser despedida (no renovada) a la mínima de cambio. Estas son las condiciones laborales en que trabajan muchas camareras de piso y que desde hace años denuncian Las Kellys –las que limpian–.

Este verano, no obstante, han decidido ir un paso más allá mediante el contraste: visibilizar aquellos hoteles que sí respetan los derechos de sus trabajadoras. Y están a 37.000 euros de conseguir su primer objetivo: crear una central de reservas propia.

Bajo el lema #YoReservoConLasKellys, este sindicato de camareras de piso pretende crear una especie de Booking de comercio justo. Quieren sustituir al intermediario, siendo ellas directamente las valedoras mediante esa central de reservas de qué hoteles cumplen con sus obligaciones laborales y cuáles no.

“No podíamos esperar más. Muchas de las compañeras han ido desarrollando enfermedades profesionales por exceso de horas. Y esta crisis está siendo dura, porque hay empresas que están aprovechando para recortarnos todavía más las condiciones. El otro día nos llegó una chica a la que le pagaron 38 euros por un día entero de trabajo, de siete de la mañana a siete de la tarde”, explica su portavoz, Vania Arana.