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Llega la Ley Rider: Uber Eats se apoya en Deelivers y Glovo sigue con autónomos

Repartidores de comida a domicilio de Glovo delante de McDonald’s en Vigo. Pablo Hernández

La Ley Rider, que hoy entra en vigor, apremia a las compañías de reparto de comida a domicilio a convertir en asalariados a sus repartidores, hasta ahora trabajadores por cuenta propia. Las principales compañías de delivery se ponen las pilas, buscan fórmulas e inventan alternativas que les permitan adaptarse o esquivar a la nueva normativa, según el caso. La estrategia de cada una difiere. Y si Uber Eats ha optado por apoyarse en el modelo de empresas subcontratadas en Vigo, Glovo sigue adelante con su apuesta por los repartidores autónomos. Deliveroo ha dado un paso atrás y ha optado por abandonar el mercado español y Just Eat prepara, de la mano de sindicatos, el primer convenio colectivo para riders en España.

Mensajes a los riders de las distintas compañías

La jugada de Glovo

La suerte está echada. Glovo reconduce su estrategia en el mercado español, aunque no tanto como sus competidores, y juega con las líneas grises de la ley Rider para impulsar un modelo que plantea un encaje más dudoso en la normativa.

Tras enviar una encuesta a sus repartidores para determinar si quieren ser trabajadores por cuenta propia o ajena contratados a través de empresas de trabajo temporal (ETT), Glovo empezó a operar, desde el día 10 de agosto, con un nuevo modelo de plataforma para los riders autónomos que les confiere “libertad horaria y de precios”. Esta fórmula permite que cada repartidor se conecte a trabajar cuando quiera sin que la plataforma le indique el horario laboral, como hasta la fecha. Existirá, eso sí, un termómetro de colores que mostrarán los picos de demanda de pedidos de Glovo.

La puntuación de excelencia, ese ránking que determinaba cuántas horas podía trabajar un repartidor –y que confería ventaja a los más antiguos–, desaparece. Y la aplicación abre la puerta a que cada rider establezca su tarifa con una herramienta que llama multiplicador. La cifra oscila entre los 0,7 y los 1,5 euros. Glovo escogerá el precio del servicio, en función de los costes, y los riders eligen el valor por el que quieren multiplicar esa cifra dentro de la escala. Una cifra que determinará lo que gana cada repartidor. Una manera con la que el rider escoge el precio de su servicio dentro, eso sí, de un rango limitado.

Los sindicatos critican este escalafón de precios: “El nuevo modelo de Glovo obliga a una competencia ciega entre los repartidores y el algoritmo de la plataforma siempre va a buscar el repartidor que lo haga más barato, analiza Rubén Bernárdez, asesor laboral del sector de transportes de UTG. “Es una subasta a la baja y un modelo que explota mucho más”.

La startup española anunció a finales del pasado julio que, además, contratará a 2.000 repartidores, que representan el 20% del total de los que trabajan para Glovo. La intención de la compañía es mantenerlos como autónomos. La empresa pretende, además, perseguir las cuentas alquiladas en un intento de evitar el trabajo de personas que no son autónomas, aunque sí permitirá la subcontratación de repartidores para que completen pedidos.

“El modelo de Glovo no cumple la ley Rider porque el principal indicio de laboralidad es la propia aplicación”, recuerda Bernárdez. “Mientras exista la app, da igual que fijes tú el precio de tu trabajo, siempre será la aplicación quien determine si vas a trabajar o no. Además, aunque digan que los sistemas de reputación no van a existir, lo que ocurrirá es que no será algo transparente como ahora, sino que estarán ocultos para los repartidores”.

Uber Eats se alía con Deelivers

Uber Eats, por su parte, acelera en la ciudad olívica y, para ello, ha recurrido al modelo de subcontrata. Lo hace a través de una empresa, Deelivers, que a su vez emplea a sus riders. Así es como se las ha ingeniado el grupo de origen estadounidense para continuar operando en Vigo sin integrar en su propia plantilla a los riders, en lo que fuentes de Uber Eats explican que es proyecto piloto similar al que ha puesto en marcha en otras ciudades.

La empresa olívica, capitaneada por Adrián Pena, ha comenzado a contratar a los repartidores que entregarán los pedidos para esta plataforma de comida a domicilio. Aunque esta no es su primera experiencia como empresa empleadora de los riders del delivery: hace años que integra en su flota a los repartidores de Just Eat. Un movimiento en el que trata de posicionarse como proveedora de flotas de entrega de comida a domicilio, como avanzó FARO.

Se cuentan, hasta la fecha, algo más de 25 repartidores de Uber Eats en Vigo que están integrados en esta modalidad de subcontratas. Los contratos oscilan entre las 15, 20 o 25 horas semanales a razón de 6 euros la hora. Hasta 7 euros si son horas extra. Aquellos riders con moto propia –con lo que ello implica: hacerse cargo del mantenimiento y del combustible– perciben 0,50 céntimos a mayores por pedido entregado. Los que utilizan el transporte proporcionado por Deelivers no.

Con horarios que copan las horas de comida y cena, estos repartidores pueden hacer entre once y doce pedidos al día. Las horas extra, aseguran, no compensan por la baja remuneración, apuntan fuentes cercanas a los repartidores. Mientras, se lamentan por los bajos salarios: “está mal pagado”. Además, por mucho que sea Deelivers quien contrata a los riders, es la propia Uber Eats quien asigna el trabajo al repartidor a través de la aplicación, sin intermediario ni gestión externa de por medio.

La dinámica de los repartidores asalariados por la empresa viguesa ha cambiado desde que la plataforma estadounidense entró en la ecuación. Ahora, una semana trabajan para Just Eat, otra para Uber Eats. O un día para Just Eat, y otro para Uber Eats. “Depende de la demanda”, apuntan fuentes cercanas a los riders. De poder escoger se quedarían con el reparto de la primera, porque el volumen de trabajo es más alto en Uber y la distancia de los pedidos más larga, reconocen.

De hecho, Just Eat es la única empresa que, desde su aterrizaje en 2010, ha evitado establecer una relación con sus repartidores de falsos autónomos, siguiendo las sentencias del Tribunal Supremo en los últimos meses y que sí se aplicará sobre el resto de operadores del delivery. Ahora, la firma ha tomado la delantera y negocia con sindicatos el convenio colectivo del sector. Deliveroo, el otro gran player del sector en España, anunció que dejará de operar en el país justo antes de la entrada en vigor de la ley Rider.

Los sindicatos, en pie de guerra para que las plataformas cumplan la normativa

CC OO y UGT emprenden su cruzada para garantizar el cumplimiento de la ley Rider. Ambos sindicatos solicitaron a los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social, a la Inspección de Trabajo y a los tribunales que garanticen el cumplimiento de la normativa, en vigor a partir de hoy. “Parece que algunas plataformas, como en el caso de Glovo, pretenden echar un pulso a las directrices normativas de nuestro país y sin duda parece que apuntan maneras en cuanto a sus intenciones respecto al cumplimiento del RD Ley 9/2021”, señala Rubén Bernárdez, de UGT. “Lo que pretende Glovo es imponer su modelo de negocio al margen del Estado de derecho, porque se está saltando una sentencia del Supremo y una ley hecha para que los trabajadores estén protegidos”. El representante de UGT tilda de “trampa” la maniobra de Glovo y advierte de que “si no conseguimos poner coto a estas pretensiones de las grandes multinacionales, tendremos una sociedad que necesariamente tendrá que tener dos o más trabajos para llegar a final de mes”. CC OO demandó a las administraciones que lleven a cabo los procesos necesarios de seguimiento, evaluación e información de la nueva norma, que obliga a las plataformas digitales de reparto a contratar a sus trabajadores como asalariados. En un paso más UGT insta al Gobierno a hacer presión para lograr una norma a nivel europeo que regule a las plataformas digitales.


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