BBVA ganó 1.911 millones de euros hasta junio, frente a las pérdidas de 1.157 millones que tuvo en el mismo periodo de 2020 cuando tuvo que provisionar 2.084 millones de euros debido al deterioro de su negocio de Estados Unidos por la pandemia. En estas cifras se incluyen 696 millones de euros por la reestructuración de la plantilla en España (ERE) que supone la salida de 2.935 personas y el cierre de 480 oficinas. La compañía, como el resto de bancos, prevé reanudar en 2021 su política de dividendos después de que el Banco Central Europeo haya decidido levantar el veto, con un pay out, íntegramente en efectivo, del entre el 35% y el 40% del beneficio.

“La comparación con el segundo trimestre del año pasado es muy positiva, más que doblando resultado, gracias a un buen comportamiento margen neto y mejora de los indicadores de riesgo”, celebró ayer el consejero delegado del banco, Onur Genç, en rueda de prensa. En el segundo trimestre BBVA obtuvo un beneficio atribuido recurrente de 1.294 millones de euros, superando los niveles previos a la pandemia. El directivo, que negó que la reputación del banco se haya visto mermada por el ERE o por el Caso Cenyt vinculado al espionaje con el excomisario Villajero (sobre el que no quiso hacer más comentario que reafirmar la colaboración de la entidad con la justicia), presumió de una “sólida posición de capital con un ratio CET 1 del 14,17% a junio, uno de los más altos de Europa”, gracias a la venta de la filial de Estados Unidos, completada el 1 de junio con un resultado neto después de impuestos de 582 millones de euros. Excluyendo los costes del ERE y la venta de su filial de Estados Unidos, el resultado del BBVA ascendió a 2.327 millones de euros entre enero y junio de 2021, un 146% superior al de hace un año.

El banco anunció un proceso de recompra de hasta el 10% de sus acciones (calculado con la cotización de cierre del 22 de julio equivale a 3.500 millones de euros) que prevé dar comienzo el último trimestre del año y durará en torno a un año.