Nueva era en El Corte Inglés. La junta de accionistas de la cadena de grandes almacenes ha dado luz verde a su nuevo plan estratégico con el foco puesto en su transformación hacia un negocio más digital y diversificado, además de con mayor solidez financiera. El objetivo es que “El Corte Inglés pase de ser un retailer tradicional al mejor ecosistema de servicios y negocios del mercado español”, según expresó su consejero delegado, Víctor del Pozo, durante la reunión que se celebró ayer en Madrid.

La nueva estrategia de la compañía tendrá una vigencia de cinco años, hasta 2026, y se divide en dos grandes áreas: por un lado, los negocios ya existentes (retail, viajes, seguros y servicios no financieros) y, por otro, las nuevas áreas de actividad que ha puesto en marcha la compañía (logística, operadora móvil, comercializadora de energía y seguridad y alarmas). El Corte Inglés quiere convertirse en una empresa “que hace más fácil la vida de las personas al ofrecer la mejor selección de productos y servicios”, explicó Del Pozo.

En términos económico-financieros, esto se traduce en doblar el resultado con un Ebitda de 1.700 millones de euros, reducir un 60% la deuda y multiplicar la venta online hasta representar el 30% de la facturación del grupo. “El futuro de El Corte Inglés se basa en la construcción de un ecosistema de negocios apoyado en una actividad de retail única, que persigue cuatro beneficios: maximizar el valor y la rentabilidad para el grupo; mejorar la competitividad en retail; crear sinergias entre los distintos negocios del grupo; y disminuir los riesgos”, añadió el consejero delegado de la compañía.

Y todo después de un 2020 que no fue fácil para la cadena, a excepción del auge de su canal on line por motivos obvios que llevó a que las ventas aumentaran el 132%, hasta suponer el 17,3% del negocio de distribución minorista. Pero pocas más alegrías hubo en términos económicos, pues en 2020 El Corte Inglés entró por primera vez en números rojos debido al cierre de los establecimientos, a excepción del área de Alimentación, y la falta de turistas, uno de sus principales clientes. Afloró ese año un resultado neto negativo de 2.945 millones de euros y unos ingresos de 10.432 millones de euros en 2020, frente a los 496 millones de euros del año anterior de beneficios y los 15.261,78 de facturación del año anterior.

No obstante, según la presidenta del grupo, Marta Álvarez, 2020 fue un año “clave para la transformación” del modelo de negocio y ha hecho a la empresa “más fuertes y más sólidos”.