Más de 700.000 autónomos en España, de ellos 35.000 de la comunidad gallega, no pueden deducirse los gastos de manutención. Con la reforma del Trabajo Autónomo, aprobada en octubre de 2017, se incluyen deducciones fiscales para este colectivo: 26,67 euros diarios en concepto de manutención, una cifra que se incrementa hasta los 48,08 euros cuando el trabajador autónomo esté en el extranjero. En caso de que el autónomo o empresario individual tenga que pernoctar fuera de su residencia habitual los límites los gastos deducibles en el IRPF se duplican hasta los 53,34 euros a 91,35 euros, respectivamente.

Pese al reconocimiento de estos beneficios fiscales, la Agencia Tributaria, según denuncia la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), interpreta la ley de manera restrictiva, por lo que para sigue siendo imposible para el colectivo deducir los gastos de manutención. El impacto en el bolsillo de los trabajadores por cuenta propia se traduce en 1.220 millones anuales, 60 millones para los autónomos gallegos.

Entre los requisitos para que Hacienda aceptara esas facturas se encontraban que se generasen en el desarrollo de la actividad económica. Además, el gasto debía realizarse en establecimientos de restauración y el pago tenía que hacerse por medios telemáticos. “Es inaceptable que aún no se haya cambiado el criterio de deducción; la ley continúa siendo una auténtica pesadilla para miles de trabajadores que podrían deducirse este gasto”, lamenta Eduardo Abad, presidente de UPTA.

Sentencia del Supremo

Una reciente sentencia del Tribunal Supremo, dictada el pasado mes de marzo, confirma que los autónomos pueden deducirse los gastos generados por comidas de trabajo con sus clientes. El fallo del Alto Tribunal supone un choque frontal con el criterio defendido hasta ahora por Hacienda, que consideraba que solo podían deducirse los gastos directamente relacionados con el negocio y exigía una estricta justificación, lo que en la práctica dejaba en manos del inspector que revisase las cuentas lo acertado o no de la deducción.

La verdadera anomalía se produce en la interpretación que continúan haciendo los inspectores de Hacienda "sobre los gastos deducibles de manutención unipersonal”, cuestiona Eduardo Abad, al tiempo que tacha de “inconcebible” que todavía hoy se tenga que reclamar por este asunto cuando “tendría que estar resuelto desde 2017”. “Se anunció a bombo y platillo y ha resultado ser un fiasco”, cuestiona.

El presidente de UPTA también pone en el punto de mira las deducciones por gastos de suministros que afecten al domicilio, que se calculan según los metros de la vivienda afectados por la actividad, con un límite en la cuantía resultante de la aplicación del 30%. En la práctica, esto se traduce en un gasto deducible de suministros del 9% como máximo, según detalla Abad. “Son dos cuestiones que han resultado un engaño y que han quedado en el olvido y de las que son también culpables los actuales dirigentes de la cartera ministerial”, censura el presidente de UPTA, quien lamenta que mientras el Ministerio de Economía trabaja en modificaciones fiscales para incentivar la creación de nuevas empresas –un descenso durante cuatro años en el impuesto de sociedades– los trabajadores por cuenta propia siguen a la espera de “la ansiada reforma fiscal del trabajo autónomo, uno de los grandes asuntos pendientes”.