Todo pasa por la reindustrialización. Localizar las debilidades, poner remedio a las flaquezas y apuntalar las fortalezas para así darle una vuelta más a la situación del tejido económico gallego. Completar los ciclos productivos con o sin el soporte de los fondos de recuperación, los Next Generation. Eso sí, con un enfoque que tenga siempre en cuenta los componentes ambientales, sociales y de buena gobernanza, los llamados EGS (acrónimo en inglés).
“Vigo tiene todos los ingredientes para coger el tren de la reindustrialización y solo será posible bajo esos criterios”
Su frase sirve de resumen para la mesa de debate organizada por FARO ayer, una nueva edición de Reinventar Galicia que contó también con la presencia de la directora de GKN Driveline Vigo, Chelo Domínguez, y la fundadora y directora general de BETA Implants, Bibiana Rodiño. Juntos analizaron Completar el ciclo productivo, clave para la reindustrialización, título del foro que trató las expectativas ante los nuevos fondos comunitarios, las oportunidades que ofrecen procesos ya en marcha como el de la descarbonización y los nichos que ejercerán de punta de lanza en la ciudad olívica y su área.
La mesa redonda, moderada por el subdirector de FARO José Carneiro, comenzó con un análisis de los efectos de la pandemia de COVID y de cómo destapó alguna de las carencias del tejido productivo de la comunidad. “La industria empezó a tener problemas de suministro y ya comenzamos a reflexionar sobre ello porque no podemos tener esta dependencia de otros países”, explicó Regades.
Para el delegado del Estado en Zona Franca, la reindustrialización es algo prioritario, pero también algo que deber surgir de iniciativas “maduras” que sumen a los sectores ya implantados. “Este cambio lo que nos va a hacer es volver a avanzar un poco más y en ese ecosistema que hoy tenemos en el automóvil es una oportunidad para cerrar el ciclo productivo”, apuntó.
La responsable de GKN Driveline Vigo también cree que la crisis sanitaria ha supuesto “un punto de inflexión para no mirar atrás”. “Lo que iba a ocurrir de un modo más lento ahora se hará más rápido de lo que estaba previsto”, comentó Chelo Domínguez. En este sentido, señaló que “la apuesta de Europa y España tiene que ser a través de la tecnología y la innovación”, que según apuntó “es el futuro”. “En la medida en la que se haga realidad nos irá mejor. Soy escéptica en torno a lo que va a ocurrir, pero no podemos seguir la misma rutina y ritmo que antes, todo esto nos tiene que servir para transformarnos y hacer cosas distintas”, sentenció.

En la misma línea se expresó Rodiño. “Esto es un cambio global”, indicó la fundadora y directora general de BETA Implants, “tienen que cambiar los hábitos de consumo, la mentalidad de los empresarios, el empleo cualificado o el I+D+i”. Aunque reconoció que el tema de los fondos COVID los ve “lejanos”, la ingeniera señaló que “es importante que sea marquen directrices y que vayan en consonancia” con las necesidades reales del entorno.
Oportunidades
Regades tiene claro que los fondos comunitarios suponen una buena oportunidad para alcanzar esa reindustrialización, ya que además “Vigo ha demostrado ser innovadora y capaz de cambiar”. Sin embargo, teme que la abundancia de iniciativas derive la atención de aquellos más consolidados.
“No podemos inventar proyectos para captar fondos, tienen que ser aquellos que nacieron antes de la pandemia para fortalecer lo que hay. Todo lo que inventemos serán proyectos destinados al fracaso”
En este sentido, el delegado del Estado en la Zona Franca destacó las cuatro ideas planteadas desde su administración, “basadas en fortalecer a la automoción”. Además de la planta de baterías, Regades recordó el proyecto del hidrógeno o la fábrica de chips, para lo que ven “mucho interés por parte de industriales europeos”, y “el vehículo conectado”, junto a Zona Franca de Barcelona. A su juicio, “Europa se va a reindustrializar igual” y los fondos Next Generation “va a acelerarlo”.
Otro pilar para alcanzar el éxito en este proceso de fortalecimiento será la colaboración, en lo que Vigo ya tiene experiencia. “El último ejemplo es que el clúster muestra una necesidad, de logística, y creamos esa alianza para crear un centro logístico para la automoción. Es un ejemplo claro de la colaboración público-privada y ahora estamos cerrando la ubicación”, indicó Regades.
Chelo Domínguez reconoció que la colaboración en el área supone “una oportunidad de crecimiento tremenda”, algo a lo que también ayudó la pandemia: “Estuvimos muy conectados para ver cómo afrontar ciertas situaciones”. La directora de GKN Vigo no ve “nada negativo” en ello, al igual que su homóloga en BETA Implants. “Teniendo capacidad de fabricar se hace lo que sea y con el ánimo de colaborar se pueden hacer muchas cosas”, comentó Bibiana Rodiño.
Sin embargo, para que las propuestas de Zona Franca o a nivel gallego sean eficaces y pueden captar fondos para ayudar a esa reindustrialización, tanto Regades como Domínguez y Rodiño coincidieron en la necesidad de aplicar también un enfoque social. “Las nuevas generaciones van cambiando y el mundo evoluciona hacia otros trabajos, con mayor balance entre vida personal y laboral”, señaló Domínguez, que avisó que “las empresas que no vayan en esa dirección acaban muriéndose”.
Sobre esto, David Regades recordó un estudio de la Universidad de Maastricht en el que se clasificaron a 1.800 empresas en función de un índice sobre el trato a los empleados. “Las empresas en la que los trabajadores están más contentos la productividad es mayor. Y hoy en día no es solo salario, que es importante, son más cosas”, concretó.
De igual forma, también hizo alusión a la entrevista realizada por este medio a Antón Costas, presidente del Consejo Económico y Social (CES), cuyo titular principal fue “Es la hora de las oportunidades a los jóvenes y a las mujeres, son el motor del progreso”. “Estoy de acuerdo con Costas, porque además es algo que está probado”, resumió David Regades.
El proyecto del hidrógeno “va a salir sí o sí”
El proyecto para la planta de hidrógeno verde, con la que se busca “fortalecer a la automoción” y a otros sectores de la ciudad y su área, “va a salir sí o sí”. El delegado del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Vigo, David Regades, se mostró seguro sobre el futuro de la iniciativa con la esperan captar fondos europeos COVID. “Vamos a aportar el 40%, con una tasa de reposición inferior a los 4 años”, recordó. El proyecto se estima que estaría a pleno rendimiento en 2025, generando 500 empleos tras una inversión de 10,1 millones de euros. Con ello la planta evitará el consumo de 648.000 litros de gasóleo anuales y la emisión de 1.875 toneladas de carbono.
“Las cosas que se hacen juntos salen mejor”
Uno de los ejemplos más claros de lo que se consigue a través de la colaboración público-privada es BETA_Implants. De la idea de dos ingenieros del CTAG a una plantilla de casi 30 personas y con el objetivo de llegar a los 200 trabajadores en la próxima década._Todo ello partiendo de las prótesis veterinarias. Bibiana Rodiño es su fundadora y directora general y recordó que sus fortalezas son la apuesta por crear empleo cualificado y por la tecnología. “Eso nos dio capacidad para sobrevivir durante la pandemia”, comentó Rodiño, cuya empresa presentó recientemente ante Zona Franca su futura –y futurista– planta para la Plataforma Logística de Salvaterra-As Neves (Plisan).
Rodiño explicó que el apoyo del ente que dirige David Regades fue clave para llegar a donde están. “Nos han apoyado desde el principio, cuando éramos solo dos personas con una mano delante y otra detrás; las cosas que se hacen juntos salen mejor”, señaló.
Con ese “acompañamiento” BETA_Implants pudo dar el salto y hoy aspiran a potenciar su modelo, diversificando y con la puesta en marcha de diversos proyectos para alcanzar otros nichos de negocio. “No esperamos hacernos ricos, queremos hacer las cosas de otra manera. Para que mis hijos y mis amigos puedan encontrar trabajo aquí tiene que haber empresas que creen valor aquí”, apuntó.
El paso más importante ahora es el de la planta de la Plisan, una “miniurbe” verde, eficiente y abierta a sus empleados que ayude a potenciar su forma de ver la nueva industria.
“Los fondos europeos deben ser ingrediente dinamizador”
La pandemia de COVID se dejó notar antes en la Zona Franca de Vigo que en las empresas u otros ámbitos de la sociedad, como asegura el delegado del Estado en el Consorcio, David Regades. “Empezamos a vivirla cuando empezó en Asia”, apuntó. Ahí comenzaron a carburar las ideas para captar los fondos comunitarios, aunque ya se venían gestando desde mucho antes, cuando se identificaron las debilidades a fortalecer en Vigo y su área en sectores tan importantes como, por ejemplo, el de la automoción. “Se establecieron los cimientos de una colaboración mayor y los fondos europeos tienen que ser un ingrediente dinamizador”, concretó Regades.
A su juicio, Vigo cuenta con todo lo necesario para despuntar en la reindustrialización que se viene de la mano de los Next Generation. “Muchas de nuestras empresas fueron capaces de seguir evolucionando y son capaces de seguir cambiando”, recordó Regades, que señaló también el alto potencial de la mano de obra cualificada: “No hay una empresa de alto nivel que no tenga un ingeniero de Vigo. Son valorados y respetados a nivel internacional”.
Junto a ello, hay un importante movimiento en el terreno de las startups, en el que el Consorcio tiene un rol fundamental con las incubadoras y aceleradoras. “Pero la Universidad de Vigo y las empresas también juegan un papel muy importante. No es mérito solo de Zona Franca; es necesario poner herramientas para que el talento se convierta en empresas”, enfatizó poniendo como ejemplo precisamente a BETA Implants.
“Hay que sacar la parte buena y aprender de lo malo”
La automoción sufrió durante el estallido de la pandemia y acumula ahora disgustos con problemas de suministro en materiales como el acero o, sobre todo, los microchips, lo que obliga a las empresas a planificar la producción “casi día a día”. Como indicó Chelo Domínguez, “todo ocurrió de repente”. "Fue casi de un día para otro”, recodó la directora de la proveedora GKN Driveline Vigo, que no recuperó su actividad al 100% hasta el pasada julio y que hoy tiene un ERTE hasta el día 30 de este mes. “Eso sí, hasta final de año fue una explosión en cuanto a niveles de producción, que fueron increíbles; hemos tenido meses de ventas tan altas que no se recuerdan igual. Ahora ya se habla de una recuperación en 2023; la incertidumbre es terrible”, reconoció.
A su juicio, “hay que sacar la parte buena y aprender de lo malo” de todo este proceso, sobre todo para hacer frente a otros escenarios como el de la descarbonización, ya en activo para “hacer un mundo más sostenible”. “Creo que la pandemia nos ha despertado un poco”, apuntó.
Sobre las oportunidades que pueden traer consigo los fondos Next Generation, la directora de GKN Vigo se mostró “algo escéptica”. “Estoy convencida y soy optimista sobre que servirán para cambiar cosas, pero falta el ver que la rueda vaya en esa dirección; no tenemos muy claro en qué va a acabar”, resumió.