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Los salarios gallegos caen la mitad que la economía por el colchón de los ERTE

Los salarios gallegos caen la mitad que la economía por el colchón de los ERTE

“La crisis sanitaria derivada de la pandemia ha supuesto una disrupción sin precedentes en la historia económica reciente”

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El único rasgo en común en el estallido de la doble recesión financiera y el golpe del COVID-19 es que el enemigo en ambos casos pasa absolutamente desapercibido para la mayoría de las personas que sufren las consecuencias. Medio mundo se contagió en 2008 con los productos financieros basura, hipotecas sobre todo, inflados por el bum del ladrillo y la especulación de los inversores; ahora la sacudida viene de una diminuta y desconocida maraña de material genético, que ni siquiera llega a la categoría de célula y necesita colarse en el cuerpo de las personas para reproducirse. La economía tuvo que parar porque era eso o elevar todavía más el número de fallecidos y contagiados. Lo nunca visto. “La crisis sanitaria derivada de la pandemia ha supuesto una disrupción sin precedentes en la historia económica reciente”, como resume María Jesús Fernández, economista sénior en el Área de Coyuntura económica de Funcas en un profundo análisis sobre el impacto de esta inédita situación en las cuentas de los hogares y las empresas, más moderado en los primeros porque “el grueso de las medidas de protección instrumentadas por el Gobierno se ha orientado fundamentalmente a ellos”.

La caída de los ingresos de las familias en España en 2020, un 3,3%, contrasta con el 18% de merma en el excedente bruto de explotación, que engloba el resultado de las compañías y las rentas de inversión. Los recientes datos de contabilidad regional publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) permiten hacerse una primera aproximación de lo ocurrido en la comunidad con el bolsillo de los trabajadores y empresas a causa del frenazo de la actividad por el coronavirus. Frente a una merma histórica del Producto Interior Bruto (PIB) del 8,9%, la remuneración a los asalariados en Galicia descendió un 4,3% y los beneficios un 9,9%.

El gasto del Sepe en los ERTE y paro en Galicia desde abril es de 1.785 millones

A 11 de mayo, según el último balance del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, quedaban 24.850 trabajadores gallegos en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Durante esos primeros días de mes, el número de afectados bajó en 2.100, coincidiendo con el alivio de las restricciones en la hostelería y el fin del estado de alarma. El pico se registró en el confinamiento más duro de abril del pasado ejercicio. De media, ese mes llegaron a estar en ERTE más de 165.000 personas en la comunidad y, junto con los parados, los beneficiarios de algún tipo de prestación del Servicio Público de Empleo (Sepe) ascendieron a 245.000. El gasto acumulado desde entonces en los ERTE, el desempleo y rentas activas de inserción asciende a 1.785 millones de euros en Galicia.

Todo ese dinero amortiguó los ingresos de los trabajadores –que acumularon en la pasada recesión, entre 2009 y 2014, un recorte superior al 12%– y colocó los salarios en el 46% del PIB gallego, algo que no sucedía desde 2012. Los ERTE fueron también un colchón para las empresas, exoneradas de los pagos de cuotas a la Seguridad Social y evitaron que los números rojos fueran aún más altos.

“Debe tenerse presente que, aunque a nivel desagregado el impacto sobre el conjunto de los hogares parece moderado, es probable que existan diferencias importantes cuando se desciende a un nivel de análisis más desagregado”, destaca María Jesús Fernández en el informe de Funcas. A la vista de las importantes diferencias que existen en la evolución de las remuneraciones dentro del PIB de Galicia por sectores, efectivamente así es. Los refuerzos de plantilla y de horas trabajadas en las administraciones, la sanidad y la educación elevaron un 4,5% sus remuneraciones, hasta los 8.857 millones de euros, según el IGE. En información y comunicaciones, otro sector con evidente actividad frente a la crisis sanitaria, aumentaron un 2,3% (818 millones); y un 2,4% en agricultura, ganadería y pesca (666 millones), presionado por la demanda disparada de la distribución alimentaria.

Comercio, transporte y hostelería, los sectores más afectados por la pandemia y que más empleo destruyeron, redujeron casi un 17% el total de sus remuneraciones (5.240 millones). La bajada en la industria fue una de las menos duras (4,2%, hasta los 5.000 millones); del 0,8% en actividades profesionales (2.434 millones); y en la construcción se situó en el 10,5% (1.789 millones de euros). 

32.000 millones de ahorro por precaución y otros 28.000 millones forzosos en todo el país

El consumo de los hogares en pandemia bajó mucho más que la renta, un 12%, en 85.600 millones de euros, según el estudio publicado por Funcas, “lo que supone un aumento de ahorro de 60.807 millones, hasta 108.844 millones, cifra que más que duplica la correspondiente al año anterior”. En Galicia, los depósitos de los llamados sectores residentes (familias y empresas) engordaron en más de 5.900 millones de euros entre abril y diciembre del pasado año, hasta marcar un récord histórico: 73.188 millones, según el Banco de España.

Como ocurre con los salarios, los datos globales esconden una realidad muy diferente en cada casa. “Es probable que la caída de la renta se haya concentrado en los hogares de rentas bajas y el aumento del ahorro en los de rentas medias y altas. Todavía no hay información estadística al respecto, pero esta presunción procede del hecho de que la mayor parte del empleo destruido o afectado por la crisis ha sido de baja cualificación”, apunta el análisis de María Jesús Fernández, que reparte el ahorro generado entre 32.000 millones guardados por precaución ante la incertidumbre en la crisis y otros 28.000 millones por la incapacidad de gastar ante las restricciones. “La bolsa de ahorro acumulada probablemente no se va a gastar en su totalidad –añade–, pero proporciona un importante potencial de crecimiento al consumo o incluso la inversión cuando se eliminen las restricciones”.  

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