Los peores augurios se están cumpliendo. La crisis mundial de los microchips amenaza con ‘gripar’ la industria gallega del automóvil, con paros forzosos cada vez de mayor duración. El último, comunicado ayer mismo por Stellantis a sus proveedores más directos, ya no incluye una fecha de retorno. La planta parará su actividad en las dos líneas desde las 22.00 horas de hoy “hasta nuevo aviso”, como consta en las órdenes recibidas por varios fabricantes de componentes del área. Balaídos sigue la estela de otras fábricas del grupo que pilota Carlos Tavares, como la de Villaverde (Madrid), que tiene previsto parar casi dos semanas en lo que queda de mayo.
Para calibrar el impacto de estas paradas hay que recordar que Stellantis-Vigo fabrica cada día más de 2.200 coches, y que de sus líneas salen dos de las siluetas más vendidas -y rentables- de toda la multinacional: el Peugeot 2008 (segunda generación) y las furgonetas K9 (Berlingo, Partner, Combo, Proace City). Hasta ahora, el centro gallego había ido capeando el temporal de los microchips con transportes aéreos urgentes, pero los flujos logísticos no acaban de restablecerse y la empresa no ha tenido más remedio que programar un paro indefinido.
“No sabemos cuándo podremos reanudar la producción”, reconocen fuentes del sector a FARO. A corto plazo, no habrá actividad en lo que resta de semana. Y a partir del lunes, dependerá de si se restablecen los flujos logísticos de la factoría. Esta situación se traslada como es habitual a todo el parque de proveedores de Stellantis-Vigo, que como la fábrica de Balaídos han aprobado en su mayoría expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE) para capear el temporal.