Hacienda libera los fondos del “tax lease” y allana el pago de deudas del buque Evrima

El “Cap Finistere”, el enésimo barcoque se adelanta al “Evrima” en subiral dique de Astander.

El “Cap Finistere”, el enésimo barcoque se adelanta al “Evrima” en subiral dique de Astander. / Astander

Lara Graña

Lara Graña

La industria auxiliar fue indispensable para soldar el acuerdo de refinanciación que, hace casi año y medio, evitó la liquidación de Hijos de J. Barreras. En aquel momento las empresas aceptaron un desembolso del 50% de la deuda por la construcción del crucero Evrima tras el reinicio de los trabajos, en abril de 2020; el otro 50% quedaría pendiente hasta la entrega del buque.

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Fue el mecanismo que les ofreció la armadora Cruise Yacht YardCo –utiliza The Ritz-Carlton Yacht Collection como marca comercial– para retenerlas en su proyecto y evitar una cascada de demandas por impago. Aquel objetivo, en mayor medida, se consiguió. Aquel segundo 50% quedó asegurado con una prenda como garantía, compartida por la banca, y vinculada en todo caso al pago del tax lease.

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Lo habitual es que los beneficios de este sistema de arrendamiento fiscal se liberen con el último hito del proceso de construcción del barco. Esto es, cuando se finaliza y se entrega. Pero todo lo que rodea al Evrima o al astillero que preside Douglas Prothero escapa de lo corriente; los fondos del tax lease han quedado liberados anticipadamente con el plácet de la Dirección General de Tributos, dependiente del Ministerio de Hacienda, como pudo contrastar FARO.

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No es un importe menor. La refinanciación del astillero incluyó un sobrecoste de 80,025 millones de euros, con lo que el precio armador pasó a los 321,5 millones. Entonces, Cruise Yacht incluyó una indemnización a su favor por otros 16,525 millones por los retrasos, aun siendo Barreras de su propiedad. También, como desveló FARO, blindó la operación con la hipoteca de los terrenos privados de la atarazana, en Beiramar y Tomás Alonso, tasados en 10,13 millones más. El sistema tax lease es muy complejo, con multiplicidad de inversores, que han tenido que acceder a un desembolso que equivale, aproximadamente, a un 18,5% del coste de construcción. No ha trascendido la cantidad concreta. ¿Aliviará este desembolso los problemas de tesorería del astillero? No. “Está completamente comprometido”, apuntan fuentes financieras. La recepción de estos fondos sí debería blindar el cobro de facturas pendientes de las auxiliares, que elevan la deuda de la compañía por encima de los 20 millones.

LAS CLAVES

1. Una partida que ya está comprometida

El beneficio del tax lease se destinarán a entidades financieras, partícipes del sistema de arrendamiento y la industria auxiliar, con lo que no reforzará tesorería.

2. Un anticipo inusual en la industria

El importe del tax lease se abona siempre una vez que el barco se ha terminado, y a su entrega.

Ahora bien, no resuelve otros muchos aspectos en discordia. La solución que se pactó hace más de un año no incluía los trabajos no cobrados por el proyecto Havila, que la propia Barreras valora por encima de los nueve millones; tampoco los realizados vía administración, y no abonados, a bordo del crucero de ultralujo; y, por supuesto, la nueva desviación sobre el presupuesto, que elevará el precio del barco en 49 millones de euros más. Este último es un problema que el equipo de Prothero se ha llevado lejos de Vigo, en tanto ha decidido terminar el buque en las instalaciones de Astander (Cantabria). En la solicitud de fondos públicos a la SEPI y Xunta, por unos 38 millones de euros, Cruise Yacht se comprometió a asumir una parte de este nuevo sobrecoste (33,5 millones), a cambio de ingresar financiación del Estado y Xesgalicia y “sujeto al cumplimiento de determinadas condiciones” que no desveló. El Evrima lleva en el muelle cántabro desde el 20 de marzo, sin expectativas de subir a dique seco hasta mediados de julio pese a la premura de la naviera en llevárselo de Beiramar para, en teoría, pintarlo.

El nuevo fichaje de Douglas Prothero

 

La agrupación de interés económico (AIE) Naviera Yacht, gestionada por Banca March, se convirtió en una sociedad limitada el 24 de agosto del año pasado. Dos semanas después, como publicó este periódico, pasó a manos de Cruise Yacht 1 Ltd. Esta es una de las mercantiles constituidas en Malta cuando la naviera de Douglas Prothero asignó a Barreras la construcción 1705, el crucero de <em>ultralujo Evrima</em>. También es la propietaria del buque, aunque no sea habitual que un proyecto en construcción se transfiera a la armadora antes de su culminación.

 En Naviera Yacht, domiciliada en Santa Cruz de Tenerife, el propio Prothero es administrador único. Pero ha otorgado poderes a dos personas más en los últimos días, como refleja el Boletín del Registro Mercantil (Borme). Uno de los apoderados solidarios es Ernesto Fara, con amplia trayectoria en el mercado de los cruceros. Según su perfil profesional de la red Linkedin, ha ejercido de director financiero (CFO, Chief Financial Officer) de Silversea Cruises. Esta compañía es parte del gigante Royal Caribbean, que el pasado ejercicio completó su adquisición. Al igual que el Evrima, aunque de dimensiones más grandes, las últimas incorporaciones de Silversea se basan también en buques de ultralujo, con una capacidad reducida. El Silver Dawn, encargado en Fincantieri, se ha diseñado para albergar a 596 pasajeros. Los billetes de su viaje inaugural, de 23 días –entre Barcelona y Fort Lauderdale (EE UU)–, superan los 7.700 euros. La otra apoderada de la sociedad canaria es Vivian Espinosa-Kennedy, del equipo de The Ritz-Carlton Collection de Florida.

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