“Ha sido un año complicadísimo”. Con esta valoración ha iniciado este viernes la presentación de resultados de 2020 Ignacio Rivera, consejero delegado de Hijos de Rivera y cuarta generación de la empresa matriz de Estrella Galicia. La cervecera coruñesa apostó durante el año del COVID por evitar los ERTE e incluso aumentó un poco su plantilla, hasta los 1.252 trabajadores, un 1,1% más. Si hubiese recurrido a las suspensiones de empleo, “los beneficios hubieran sido mayores, claro”, reflexiona Rivera, convencido de haber hecho lo que “tenía que hacer”. Con todo la compañía logró beneficios: 52,3 millones de euros, un 27% menos que en 2019. En 2020 su facturación bajó un 10%, hasta los 479 millones de euros. El conjunto del sector cervecero español bajó más, un 11%. Estrella resiste y su líder confía en recuperar la cifra de negocio precovid este mismo año al calor de la recuperación de la hostelería, el canal que se vio más afectado.

El consejero delegado de Hijos de Rivera presentó las cuentas de la empresa en el Museo MEGA de A Coruña y consideró 2020 como un año "de locos" por los ajustes que se han tenido que hacer para adaptarse a la situación pandémica. Aún así en el ámbito de las inversiones han superado los 68 millones de euros. Rivera confía en crecer en el futuro próximo con la segunda fábrica de la compañía, proyectada en Morás (Arteixo). Avanzó que su previsión es disponer de los terrenos en el primer trimestre de 2022 y que la producción de cerveza esté en marcha “a finales de 2023”.