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Pescanova refuerza su tesorería con un megapréstamo avalado por el ICO

El COVID supuso un impacto en su resultado de 13,3 millones

Entrada del “Argenova I” en la dársena de Puerto Rosales. | // RODRIGO ARISTIMUÑO

El español es, con un 44% de su facturación consolidada, el primer mercado para Nueva Pescanova. Francia y Portugal, con un 13 y un 8%, respectivamente, le siguen a mucha distancia. La compañía que preside José María Benavent ha logrado introducirse en retailers (cadenas de distribución) de peso en Estados Unidos, como Costco, Aldi o Albertsons; el país norteamericano tiene ya tanto peso como Italia, con un 7% de las ventas totales del grupo. Pero la apuesta por el canal minorista, generalizada en toda la industria, no logró compensar el cierre de la hostelería –en general, de toda la división foodservice–, que se aplicó a nivel mundial para contener el avance de la pandemia COVID-19. En conjunto, la facturación de Pescanova se redujo un 14,5%, con Grecia (-25%) o la propia EE UU (-18%) como las plazas con mayores caídas. Este retroceso en los ingresos causó un impacto de 13,3 millones de euros en su resultado neto, como consta en las cuentas anuales auditadas remitidas al Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), donde el grupo colocará un programa de pagarés de 50 millones de euros. La multinacional busca así nuevas vías de financiación, reduciendo su dependencia de la banca tradicional, y después de haber firmado dos contratos de préstamo con garantía del Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Así consta en el documento de incorporación de los pagarés, en el que Pescanova no ofrece detalles de las entidades participantes de la operación, o los importes ya dispuestos. “Desde la perspectiva de caja, y para mitigar los impactos mencionados anteriormente [en referencia a la pandemia y la volatilidad de las divisas dólar y rand], se han formalizado durante el ejercicio 2020 dos contratos de financiación con límite de 100 millones de euros, con garantía de ICO, para hacer frente a los impactos del COVID, asegurando la estabilidad en el medio y largo plazo a la tesorería del grupo”, dice textualmente el documento, auditado por KPMG. “Como a la gran mayoría de las empresas el COVID nos ha afectado, aunque en menor medida que a otros sectores. La empresa está analizando alternativas de financiación, entre ellas vía ICO”, apuntaran fuentes de la compañía el pasado verano a FARO. Naviera Armas o la textil Mango fueron otros de los grupos que recurrieron al instituto oficial para financiarse el año pasado.

La ampliación, sin Soros

Nueva Pescanova ha puesto en marcha su nuevo plan estratégico, después de que el Todos a una 2016-2020 no hubiese alcanzado ninguno de sus objetivos. El grupo está ahora completamente saneado, después de haber canjeado 542,2 millones de deuda concursal, principalmente gracias a Abanca, que ha asumido el 97% del capital social. La pesquera no logró que ningún accionista –cuenta, entre ellos, con el magnate George Soros– se adhiriera a la ampliación dineraria voluntaria, con la que quería captar 50 millones de euros. Esos fondos los obtendrá ahora vía pagarés. La nueva hoja de ruta 2020-2024 “prevé un incremento sostenido del resultado de explotación del grupo, así como la generación de flujos de caja positivos para todo el periodo proyectado”. Pescanova cerrará 2021 con pérdidas, de nuevo –registró números rojos por 39 millones el pasado ejercicio–, pero volverá a beneficios en 2022. En la agenda, una “fuerte inversión en innovación y márketing para –apunta– convertir el grupo en la empresa líder del gran consumo”. La multinacional facturó 905 millones de euros.

Pese al COVID –la pandemia se sumó a problemas anteriores como las retenciones fiscales en Argentina, la entrada en el mercado chino o la reducción de cuotas en el caladero namibio–, Nueva Pescanova destinó 70,3 millones de euros a inversiones en 2020 (capex, o capital expenditures). Las plantas de acuicultura de Ecuador, la puesta en marcha del centro de I+D Pescanova Biomarine Center o la renovación parcial de la flota se llevaron la mayor parte de este importe.

Retira diez pesqueros de circulación en 5 años

Nueva Pescanova cuenta con 62 barcos a día de hoy, que operan en aguas de Namibia, Argentina, Angola, Sudáfrica, Mozambique y Uruguay. Con la puesta en marcha de la sociedad, en 2015 –tras el rescate liderado por la banca acreedora–, eran 72 los pesqueros de su propiedad. La venta de su participación en Austral Fisheries y la quiebra de Pesca Chile (ambas en 2013) ya habían retirado del mapa de consolidación de la pesquera una veintena de unidades, a sumar a las cuatro que operaban en las Malvinas, Georgias del Sur e Islas Sándwich (Sil, New Polar, Betanzos y Antarctic Bay).

Ya con Ignacio González como consejero delegado, Pescanova encargó la construcción de su primer barco desde 1986, con la adjudicación a Armón de un pedido de siete buques para Namibia y Mozambique. Ha invertido 42,5 millones en estos barcos. En las cuentas auditadas de 2020 consta también la venta de una de sus filiales en Argentina, Pesquera Latina, de la que tenía el 100% de los títulos. Los registros oficiales del Consejo Federal Pesquero (CFP) atribuyen a esta sociedad la propiedad del potero Latina 8, construido en 1973 en Japón. El pasado junio, el Boletín Oficial de la República Argentina publicó el nombramiento de los nuevos directivos de la subsidiaria, y son asiáticos: Rixu Sheng es el nuevo presidente, y Kaiwen Liu vicepresidente.

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