Vuelco en la carrera para la tercera planta de baterías de Stellantis. O al menos, así lo ven desde Italia. España gana opciones para hacerse con la vital factoría para el futuro de la electromovilidad por delante del país transalpino por la falta de ayudas previstas en el llamado Piano Nazionale di Ripresa e Resilienza (PNRR), la propuesta del Gobierno italiano para los fondos COVID.
La patronal de automoción en el país, Anfia, asegura que la partida destinada a “energías renovables y baterías” es demasiado escasa para poder optar a hacerse con las instalaciones al englobar también otro tipo de iniciativas como la energía solar o la eólica, lo que abre la puerta de par en par a que la fábrica llegue a España, con Vigo en la terna.
El patrón del grupo con planta en Balaídos, Carlos Tavares, avisó el pasado 15 de abril que Stellantis decidiría a final de año donde instalar la planta de baterías que se sumará a las ya anunciadas en Francia y Alemania, creadas a través de la empresa Automotive Cells Company, formada con Saft, filial de la petrolera francesa Total. La multinacional tendrá toda su gama “electrificada” en menos de cinco años.
Italia, como España, cuenta con factorías del grupo (tras la fusión de PSA y FCA) y se postuló como una de las candidatas. Sin embargo, el PNRR del país, formado por 192 mil millones de euros, tan solo reserva mil millones para energías verdes, en donde entran las baterías.
Según apuntan desde Automotive News Europe, la portavoz de la Associazione Nazionale Filiera Industria Automobilistica (Anfia), Fabrizia Vigo, valora que la cantidad no será suficiente para la eólica, energía solar y otro tipo de energías renovables si, además, se busca financiar una planta de baterías.
Y es que la cifra distas mucho de la anunciada por España en su Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), que prevé 10.000 millones de euros para el coche eléctrico.
Por otro lado, Italia ya cuenta con una planta de baterías en el sur, de la firma Seri, y con un proyecto en la zona norte a cargo de la startup Italvolt, del empresario sueco Lars Carlstrom, que aspira a crear la mayor gigafactoría de baterías europea, de hasta 70 GWh, con una inversión estimada de 4.000 millones de euros.
Vigo lucha por hacerse con una fábrica de baterías. Zona Franca y Concello proyectan una instalación de 150 millones de euros en la Plisan.