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Un Primero de mayo tenso y reivindicativo en Vigo

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Así fue la manifestación del Primero de Mayo en Vigo Ricardo Grobas

Las ganas de volver a tomar las calles por el Día del Trabajador dejaron dos cosas claras en Vigo. Por un lado, las abundantes reivindicaciones de los sindicatos ante el daño realizado por la pandemia en el mercado laboral y el tejido empresarial gallego; por otro, la tensión que dejó en algunos trabajadores del metal la firma del último convenio en Pontevedra, que afecta a casi 30.000 personas. Las proclamas de las tres manifestaciones convocadas en la ciudad, en las que se reunieron más de 2.000 personas (unas 1.500 según la Policía Local), chocaron con la contramanifestación de trabajadores que esperó las marchas en la Farola de Urzáiz al grito de Convenio do metal, traizón sindical. Allí los enfrentamientos verbales y los reproches volaron entre este grupo de medio centenar de personas y los tres sindicatos principales, que finalmente pudieron concluir las rutas marcadas sin problemas.

El grupo más nutrido fue el de la CIG, cuya manifestación fue la última en salir desde la Doblada. | // RICARDO GROBAS

Los actos comenzaron en Vigo pasadas las 11.00 horas, con la manifestación convocada por los llamados sindicatos alternativos (entre ellos la CUT, CGT, Sindicato Ferroviario y STEG) en la plaza de Fernando Católico, desde la que unas 350 personas marcharon al grito de Contra o Goberno, contra o capital.

Media hora más tarde fue el turno de la convocatoria conjunta realizada por CC OO y UGT. Tras la pancarta de Agora toca cumprir, un país en débeda coa súa xente traballadora, los secretarios generales en la comunidad de ambas centrales, Ramón Sarmiento y José Antonio Gómez, marcharon en dirección al edificio de la Xunta en la ciudad. “Estamos comprometidos para hacer de este duro episodio una oportunidad para la clase trabajadora. Hay que hacer reformas atendiendo a las demandas de la mayoría social”, apuntó Sarmiento. Gómez, por su parte, recordó el “esfuerzo” realizado por los trabajadores durante la pandemia y recordó que “ahora toca” que el Gobierno cumpla sus compromisos que, como ya habían anunciado en la convocatoria, se centran en derogar las reformas laborales y de las pensiones, y de incrementar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Choque entre trabajadores del metal y una de las manifestaciones. | // RICARDO GROBAS

Las 580 personas (según la Policía) que conformaron esta manifestación fueron los primeros en chocar contra los trabajadores del metal, que a medida que se acercó la cabeza de la marcha salieron a su paso para cortar su avance durante unos minutos. Fueron momentos de tensión que no fueron a mayores y que se reprodujeron de nuevo en medio de la marcha, frente a una pancarta de UGT.

Este grupo de trabajadores entienden que CC OO y UGT cometieron una traición al levantar la huelga convocada para protestar por el convenio del metal, que finalmente firmaron el pasado 20 de abril ante la última propuesta de la patronal pontevedresa. El documento no fue ratificado por la CIG, que en su momento también señaló a las otras dos centrales sindicales por una “traición” a los trabajadores.

Trabajadores del metal y sindicatos se enfrentan en el Día del Trabajo en Vigo

Trabajadores del metal y sindicatos se enfrentan en el Día del Trabajo en Vigo Adrián Amoedo

Sin embargo, los contramanifestantes también interrumpieron la manifestación de la CIG, que partió pasada la media mañana desde la Doblada con más de 600 personas (según la Policía Local) tras la pancarta Por unha saida galega xusta da crise. El secretario nacional de la CIG, Paulo Carril, reclamó “una salida galllega justa a la crisis”, así como “políticas alternativas” a las que ahora están provocando “la desertización industrial y social” de la comunidad. Carril denunció que la actual “crisis pandémica” ha venido a “multiplicar los efectos” de la aún vigente crisis económica anterior.

Entre los políticos que se acercaron a las manifestaciones estaban Gonzalo Caballero (PSdeG) o Ana Pontón (BNG). El primero urgió “reclamar la defensa de los derechos de los trabajadores y la necesidad de empleo para no salir de ella con un nivel de exclusión y de ruptura social que no podemos admitir”. La segunda reivindicó que el Gobierno tiene “una deuda con la clase trabajadora” y que debe derogar las “contrarreformas” laborales y de las pensiones, al tiempo que lamentó que la Xunta actúe como un gobierno “de brazos caídos”.

En Madrid, CC OO y UGT reclamaron al Gobierno que ponga en marcha “de manera urgente” su agenda social pendiente y comprometida. En la manifestación, a la que acudieron siete ministros (entre ellos la gallega Yolanda Díaz), los sindicatos pidieron “ni un voto trabajador a quien nos odia”.

La ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno, la gallega Yolanda Díaz, en Madrid. Alejandro Martínez Vélez

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