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El bum eólico de Galicia: un año de tantos proyectos como los construidos en dos décadas

Un parque eólico en la provincia de Pontevedra. // Rafa Vázquez

La Dirección Xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático emitió el pasado 1 de febrero la, hasta ahora, única declaración de impacto de un parque eólico en lo que va de año en Galicia. La filial para el negocio del viento del grupo Cortizo recibió el visto bueno para colocar un único aerogenerador de 3 megavatios (MW) en la localidad coruñesa de Arteixo. El proyecto de O Picoto, que cuenta con un presupuesto superior a los 4,6 millones de euros, se remonta al polémico concurso de la Xunta que repartió 2.325 MW en diciembre de 2010. Y desde entonces estaba pendiente.

La tramitación medioambiental se cierra una década después con varios condicionantes de la administración a mayores de las salvaguardas del entorno previstas por la compañía en su plan, a la espera de concluir el resto de pasos para la aprobación de las obras. La burocracia sigue a su ritmo, claramente menos acelerada que el bum del sector. La comunidad acumula ya 8.500 MW con conexión a la red eléctrica, un 51% más que hace un año.

En estos momentos funcionan en Galicia unos 180 parques eólicos que suman 3.851 MW de potencia. Hay en cartera otros 8.543 MW con permiso de acceso, según los datos actualizados por Red Eléctrica de España (REE) a 31 de marzo. Es la mayor bolsa de eólica pendiente de desarrollo en todo el país, por encima de Cataluña (7.800) y Castilla y León (7.100). Las solicitudes de enganche dan las primeras señales de contención después de doce meses de vértigo. Desde marzo de 2020 se presentaron solicitudes para casi 3.000 MW, tanta potencia como la que el sector puso en pie en la región en las dos últimas décadas.

Potencia eólica con conexión de red aprobada. // Hugo Barreiro

La cantidad puede subir aún y no solo por la formalización de nuevas peticiones. REE revisa actualmente las solicitudes de 1.400 MW, tras denegar la conexión para 2.300 más porque no cumplen los requisitos. O bien el enchufe que quieren no tiene capacidad para más parques o la subestación no existe ni tampoco está contemplada en la planificación que recoge las obras de ampliación y refuerzo de la red de transporte de electricidad. En el conjunto del Estado, los nuevos proyectos de eólica con conexión rozan los 43.000 MW, quedan 9.200 tramitando el permiso y el operador rechazó otros 20.900.

El caso del parque de O Picoto de Cortizo Eólicas no es una excepción. En las seis declaraciones de impacto medioambiental del sector eólico publicadas por la Xunta durante el pasado ejercicio, hay otras dos instalaciones que vienen del concurso eólico de 2010, contempladas en la reciente ley de simplificación administrativa y de apoyo a la reactivación económica de Galicia como prioritarias en la tramitación.

Desde 2010

Son un parque de Aldesa de 13,5 MW y 17 millones de inversión y otro de Greenalia de 42 MW y 32,5 millones de presupuesto. Este último nació de manos de la sociedad Kaekias, fundada por el construcción Ángel Jove y un grupo de socios para concurrir a la puja del bipartito y después a la que los populares organizaron tras anular la anterior.

Dos de los parques que también consiguieron la declaración de impacto en 2020 son, incluso, algo más antiguos. De principios de 2010. Ambos impulsados por Gamesa y ahora en el portfolio de Greenalia, que reúne cinco de las siete declaraciones de impacto favorables emitidas por la Xunta en el último año y medio. Los otros dos proyectos del grupo liderado por Manuel García se agarran a la ley de 2017 para la captación de inversiones que el Gobierno gallego lanzó para contrarrestar la competencia del norte de Portugal.

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