Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Galicia es la cuarta comunidad con balanza positiva de traslado empresarial

Galicia es la cuarta comunidad con balanza positiva de traslado empresarial

La balanza de salidas y entradas empresariales de Galicia se inclina hacia el lado positivo desde que terminó el confinamiento severo por la pandemia. El delicado equilibrio entre el número de compañías que han movido su sede social a la comunidad y las que se han ido cierra con 11 empresas más en los tres primeros meses del año, respecto al trimestre anterior. De esta manera, Galicia se cuela entre las cuatro comunidades donde crece la cifra de empresas que se establecen en el territorio, por detrás de Madrid, Andalucía y Valencia, según los datos de Registradores de la propiedad.

Su potencial exportador se articula como uno de sus principales atractivos, en un contexto en el que el teletrabajo estimula las mudanzas de sede de las compañías.

Han sido 46 las compañías que han optado por mover su sede a Galicia entre enero y marzo del presente ejercicio. La cifra es relativamente pequeña si se compara con las 154 que cerraron el cuarto trimestre del año pasado y, en todo caso, inferior a las 64 acumuladas que mudaron su sede al territorio gallego en el tercer trimestre del 2020.

Resulta significativo que, precisamente a partir de este periodo, la balanza gallega de entradas y salidas empresariales es positiva. En lo que respecta a la movilidad, fue, paradójicamente, cuando terminó el confinamiento domiciliario más severo, que el territorio empezó a sumar más compañías que instalaron su sede aquí, frente a las que se van. “Son movimientos leves que, de concatenarse en el tiempo, sí podrían apuntar una tendencia”, coincide María Bastida, profesora de Organización de Empresas de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

El efecto tractor de Galicia tiene que ver con su potencial exportador, puesto que Pontevedra se perfila como la cuarta provincia de España en este ámbito, sugiere el economista, Juan Santamaría, ex decano presidente del Colegio de Economistas de Pontevedra. “Tienen que ser empresas relacionadas con el comercio exterior, especialmente, empresas industriales. La economía gallega está cada vez más internacionalizada. Aquí vienes porque se trata de un lugar estratégico”, analiza Santamaría.

Los motivos tras un cambio de sede social pueden ser múltiples, pero en ningún caso implica el traslado de sede física, recuerda Bastida. “Galicia tiene un catálogo de ventajas (ayudas, mejoras, beneficios o planes de ayuda a la creación de empresas) que, tarde o temprano, tienen que dar beneficios”, apunta la profesora de la USC. A ello se suma el teletrabajo, que como efecto inesperado de la pandemia, ha impulsado la fuga de empresas a regiones con impuestos más bajos. Una tendencia ya patente en la Meca del emprendimiento estadounidense, Silicon Valley, y que podría ser tan sólo la antesala de un movimiento que se trasladará a todo el mundo.

Uno de los principales atractivos de Madrid es, precisamente éste, el fiscal. De las 35 empresas que han trasladado su sede social a fuera de Galicia en el primer trimestre de 2021, unas 12 han optado por instalarse a la capital. Hasta 47 de las 94 salidas que se produjeron en 2020.

Los datos no corresponden a solicitudes de traslado sino con confirmaciones de traslado inscritas en el registro de destino. Los motivos tras esta decisión pueden ser los obvios, como el efecto capitalidad de la ciudad. “Si soy una empresa, me interesa tener la sede donde se encuentre la administración del Estado”, señala Santamaría.

Y otros menos evidentes, “el dumping fiscal de Madrid tiene que ver en ello. Es una conjunción”, asegura el profesor de economía de la Universidade de Vigo (Uvigo), Patricio Santos. “Los motivos fiscales para irse a Madrid son importantes. Hay una barrera, que son los 10 empleados. Hay mucha diferencia si una compañía tiene una decena de empleados o si tiene más. Es un tema de tratamiento empresarial y no sólo afecta a la fiscalidad sino también a otros requisitos laborales. A medida que las firmas se van haciendo grandes, todo esto gana peso”, explica el experto de la Uvigo.

Como cabe esperar, el otro polo, el segundo, es Cataluña. Un mercado interesante para las empresas gallegas por su perfil internacional y comercial y como puerta de acceso al Viejo Continente, analizan los expertos.

“El puerto de Barcelona para las exportaciones tiene mucha actividad. Llega todo el tráfico de América para Europa. Se sitúa por detrás del de Bilbao”

Santamaría

decoration

Aunque ciertamente, el territorio adolece de una de las mayores fugas de empresas de todo el Estado –con 254 salidas empresariales, justo por detrás de las 401 de Madrid–. Una coyuntura que deja sentir todavía la herencia del panorama político que dejó el Process.

La fiscalidad del territorio gallego es similar a la media nacional del resto de comunidades, indica Santamaría. Es decir, no alberga incentivos adicionales para atraer empresas, “para crearlas sí”, puntualiza. En cualquier caso, la sede de una empresa, apuntan los expertos, puede ser algo artificial más allá de un punto estratégico. Un factor que propicia que el avance de las nuevas tecnologías, el teletrabajo o los nuevos modelos laborales se configuren como potenciales catalizadores de traslados empresariales similares a los que están sucediendo en Silicon Valley.

Compartir el artículo

stats