Desde la llegada de José María Álvarez-Pallete a la presidencia de Telefónica hace cinco años, el presidente de la multinacional se ha empleado a fondo con el objetivo de crear una nueva Telefónica. Entre sus primeros objetivos destaca su empeño por reducir su histórica deuda (es ya 17.000 millones de euros inferior a lo que se encontró en 2016). Después, en 2019, cambió por completo la estructura, con el foco puesto en los cuatro mercados clave (España, el Reino Unido, Alemania y Brasil) y creando dos nuevas filiales, Telefónica Tech y Telefónica Infra. Y ahora ha dado el último giro, al cambiar su imagen pública con un guiño a su pasado: el nuevo logotipo está formado por una T compuesta por puntos que recuerda a los distintivos que usaba la compañía en los años 80.

Una nueva identidad que “refleja de dónde venimos” –”vertebramos las sociedades desde las telecomunicaciones”– y “hacia dónde vamos” – “una compañía cada vez más tecnológica”–, resumió Pallete durante la celebración de la junta general de accionistas, en la que salió reelegido presidente de la multinacional para cuatro años más por un 84,6% de los votos, cuatro puntos porcentuales más que en 2017. “Esta nueva identidad refleja una nueva Telefónica preparada para los próximos 100 años y será la enseña que nos identifique”, añadió.