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Freire y Armón convierten al naval de Vigo en el polo global de barcos oceanográficos

Vista cenital del “Bélgica”, buque de investigación, para el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales. Freire Shipyard

El RV Belgica (A962) arribó al puerto de Brujas el 26 de marzo, tras haber realizado su última campaña. Una singladura de cinco días en aguas territoriales belgas, con nueve científicos a bordo, para estudiar los sedimentos y continuar evaluando los efectos de las actividades humanas en el fondo marino.

Con once contratos en cinco años, concentran mayor volumen de actividad de “gigantes” de la UE como Damen, Fassmer o los chinos de propiedad estatal Guangzhou y Wuchang

Este oceanográfico lleva tres décadas desempeñando este trabajo. Fue construido en el desaparecido astillero Boelwerf, que quebró en 1994 pese a un rescate público –validado por la UE– de 1.600 millones de francos belgas (40 millones de euros, al tipo actual de cambio). El buque ya tiene sucesor: hereda el nombre, pero sus características lo convierten en uno de los buques de investigación de mayor vanguardia a nivel internacional. Y ha sido construido por el naval vigués, en Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard). Del centenar de oceanográficos contratados en los últimos cinco años, once llevan el sello de la industria olívica, según los registros oficiales del sector facilitados a FARO por TRENZ GmbH. Y por dos astilleros que conviven puerta con puerta: el propio Freire y Armón Vigo. En ningún otro lugar del mundo, ni siquiera con los subsidiados constructores asiáticos del holding estatal China State Shipbuilding Corporation (CSSC), convive un volumen de actividad semejante en este tipo de pedidos, de la más alta tecnología.

Como acaba de advertir el Gobierno alemán, y recogió este periódico, China entregará en 2023 su primer crucero, tras una alianza entre Carnival Corporation –que se benefició de ayudas de Berlín para su filial AIDACruises– y la gigante CSSC. El despliegue a Asia de este mercado hace temer al sector que se repita con los cruceros el caso de los portacontenedores o bulkcarriers, que a partir de 2008 pasaron a construirse casi en exclusiva en ese continente. De ahí que la estrategia de la industria naval europea pase por los contratos que suscriben estos dos astilleros de Vigo, con elevadísima especialización, y venciendo en procesos competitivos de carácter global. Freire Shipyard acaba de poner en vigor la construcción del oceanográfico David Packard, para la el norteamericano Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI). Es un pedido de 50 millones de dólares. Y continúa en Vigo el Bélgica, presupuestado en 54,45 millones de euros. Armón Vigo prosigue, por su parte, con los trabajos en el Tom Crean, para Irlanda, cuya licitación fue lanzada por 22,5 millones de euros y que será entregado el año que viene. La del Instituto Español de Oceanografía (IEO), con un presupuesto sin IVA de 70 millones de euros, será probablemente la licitación más relevante del curso. Este buque de investigación aún no se ha adjudicado.

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Así será el oceanográfico que construirá Freire para USA MBARI

En la nómina de adjudicatarios de este tipo de construcciones –del último lustro–, figuran de forma reiterada las atarazanas Guangzhou Huangpu, Wuchang Shipbuilding o Shanghai Shipyard Co. Todas ellas forman parte del inmenso conglomerado público CSSC, con una treintena de astilleros; están separadas por más de 1.000 kilómetros de distancia. Todos sus pedidos fueron nacionales, para universidades o institutos de investigación propios. El coloso holandés Damen puso en vigor cinco oceanográficos en el mismo periodo, por los tres del alemán Fassmer y los siete de Mitsubishi Heavy Industries. Este último es, después del holding estatal chino, el segundo mayor constructor naval del mundo. Freire Shipyard logró seis pedidos de este segmento en cinco años, por los cinco de Armón Vigo.

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