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Tras la crisis de los microchips, ¿el acero?

Coches de Stellantis en Bouzas. Marta G. Brea

La crisis de los microchips va para largo. La dirección de la planta de Vigo de Stellantis (antes Grupo PSA) anunció hoy día y medio de inactividad en sus dos líneas por los problemas en el suministro de componentes que llevan integrados estos semiconductores, como adelantó este periódico. En concreto, la dirección de la planta de Balaídos comunicó la mañana de este jueves que se extienden los paros de producción hasta el próximo lunes por la falta de componentes, por lo que dejarán de ensamblarse cerca de 4.000 vehículos, según cálculos sindicales. A las tensiones logísticas por los microchips se suma ahora el acero, por el complejo reinicio de las plantas siderúrgicas por la pandemia y la escalada de precios de las materias primas por la competencia de Asia y Norteamérica. Proveedores gallegos del metal confirman que los plazos de entrega son cada vez más ajustados.

ERTE, bolsa de horas...

Para afrontar esta incidencia la empresa aplicará a los trabajadores los mecanismos de flexibilidad habituales (días de adecuación de jornada y bolsa de horas) y, en los casos de operarios que ya hayan agotado estas vías, podrán acogerse al expediente de regulación temporal de empleo temporal (ERTE) recientemente acordado con el comité (a excepción de CIG y CUT), de 60 días hasta finales de año.

La escasez mundial de microchips por culpa del coronavirus, que disparó la demanda de productos con componentes tecnológicos, ya había obligado a la planta de Stellantis a parar su actividad en varias ocasiones desde principios de este año, pero nunca sus dos líneas de producción a la vez. Hasta ahora, el centro ha dejado de producir unos 9.500 coches, a los que sumarán casi otros 3.000 de esta semana. La empresa comunicará a lo largo de mañana si es capaz de restablecer el flujo de suministro de componentes para que pueda trabajar el turno de fin de semana o si, por el contrario, tiene que extender el paro hasta la próxima semana.

Bobinas de acero para automoción en Vigo.

Las tensiones logísticas también han llegado al acero, según indicaron fuentes de la industria de componentes centrada en la estampación, con unos plazos de entrega cada vez más apretados. Las razones de este otro desajuste serían el complejo reinicio de las plantas siderúrgicas tras la pandemia -lo que provocó un efecto arrastre en las entregas- y la competencia de los mercados americano y asiático, que están haciendo subir los precios de las materias primas y de determinados productos semiacabados, como explican analistas al rotativo económico francés Les Echos.

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