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¿De dónde son tus vecinos?: estas son las nacionalidades que más compran casa en Galicia

Galicia se sitúa a la cola estatal de la inversión extranjera en vivienda en 2020

Galicia tiene deberes pendientes en materia de atracción de inversión extrajera en el sector inmobiliario. La comunidad gallega se sitúa a la cola a nivel nacional en lo que relativo al peso de los extranjeros en la compraventa de viviendas, que concentraron un 0,82% de las operaciones en 2020, frente al 11% de la media estatal, según los datos del Colegio de Registradores de la Propiedad.

El sol de Pontevedra se antoja apetecible para los compradores alemanes y A Coruña para los italianos ELa inversión foránea no representó ni el 1% de las operaciones

La proporción de capital foráneo destinado a la vivienda en la comunidad no ha variado demasiado en los últimos años. El mejor ejercicio fue 2013, cuando se alcanzó un ratio máximo del 1,7% para tocar mínimos dos años más tarde, aglutinando tan sólo el 0,61% de ventas de viviendas en manos extranjeras. Todo dentro de una serie histórica que se remonta a 2012. En todo caso, Galicia es la última de la clase en inversión foránea en pisos, por detrás de País Vasco, Asturias o Extremadura, que ocupan los últimos puestos de la lista con proporciones que oscilan entre el 2,36% y el 0,98%.

“Galicia siempre ha tenido un hándicap, no somos una comunidad en la que la inversión inmobiliaria extranjera sea potente, como en la costa valenciana, Baleares o Canarias”, explica Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), que apela a ubicar al territorio en la primera línea para los inversores extranjeros.

La inversión foránea en vivienda no presenta grandes variaciones en una visual detallada por provincias. Lo más destacable quizás sea la brecha entre el 1%, que concentra la provincia de A Coruña, y el 0,33% de Ourense. Lo que ya es más interesante es que los principales compradores foráneos en Pontevedra son alemanes, marroquíes en la zona de Lugo, venezolanos en el caso de Ourense e italianos en A Coruña. Una elección que justifica Carlos Debasa, presidente de la Asociación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Agalin) por las horas de sol de la provincia del sur de gallego, tan apetecibles, en general, para cualquier vecino nórdico, y el gusto de los italianos de otro tipo de turismo que no sea el de playa.

De hecho, Baleares se sitúa a la cabeza nacional. Las operaciones realizadas por compradores de otras nacionalidades suponen el 29,64% del total. Le sigue de cerca la Comunidad Valenciana con un 23,34% y cierra el podio Canarias, en donde la inversión extranjera en vivienda copa el 22,8% de las compras. Además, el 7% de las adquisiciones de viviendas realizadas por otras nacionalidades presentaron un importe igual o superior a los 500.000 euros en España, el 6,1% en 2019.

El turismo residencial en Galicia es residual y la comunidad continúa siendo una gran desconocida de puertas para fuera. Sin embargo, “dentro de España la inversión de otras comunidades es muy importante”, dice Debasa, que coincide con Iglesias al referirse a madrileños y leoneses como los principales interesados. Las Rías Baixas o la Mariña lucense continúan siendo sus principales destinos.

Por este motivo, Iglesias apela a potenciar los municipios conocidos a nivel nacional para que actúen como reclamo. Pues a fin de cuentas, en Galicia “el mercado residencial es el más atractivo”. Los inversores que llegan al territorio son, en todo caso, de tipo medio, “una persona que compra una vivienda para alquilarla en verano”, apunta el presidente de Fegein que apela a poner a la comunidad en el circuito inmobiliario extranjero y a recuperar al comprador portugués y británico.

Nacionalidad extranjera mayoritaria por provincia

En busca de un estilo de vida

Los inversores foráneos no sólo quieren sol y playa. Cada vez más extranjeros recorren la geografía gallega en busca de un retiro para el tramo final de su vida. Esta, precisamente, se ha convertido en la gallina de los huevos de oro para Galician Country Homes. Esta inmobiliaria especializada en “propiedades rústicas emblemáticas”, como dice su fundadora Rosa Costoya, para referirse a pazos, castillos o aldeas abandonadas; trabaja con compradores que buscan espacios singulares para vivir. De Rusia a Sudáfrica, Oriente Medio, Irlanda, Estados Unidos o Reino Unido. Las nacionalidades de sus compradores son diversas. Encima, la pandemia no ha hecho sino impulsar su negocio en un año en que la reflexión sobre el estilo de vida ha dado paso a la búsqueda de nuevos espacios. Los perfiles de clientes son diversos. Desde “unos escritores estadounidense que buscan un castillo para retirarse”, detalla Costoya, a “varios amigos que quieren comprar un pueblo” o inversores que buscan montar un negocio.

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