Además de los históricos lazos culturales, económicos y de convivencia diaria a uno y otro lado del Miño mucho antes de que las fronteras se desdibujaran, Galicia y el norte de Portugal son un matrimonio energético. Los dos territorios se apoyan mutuamente para aliviar los males del aislamiento y juntos forman un pilar fundamental del mercado ibérico de la electricidad (Mibel), creado en 1 de julio de 2007 para integrar los sistemas eléctricos de ambos países, compartir la producción más barata, reducir la factura y acercar la Península a la construcción del mercado interior de la energía de la UE. Parte importante del excedente de electricidad generado por la comunidad cada año viaja a suelo luso por dos circuitos que unen el municipio ourensano de Cartelle con la freguesía portuguesa de Lindoso. Entre toda la nueva potencia renovable prevista a corto y medio plazo y la necesidad de reforzar las interconexiones internacionales para acabar con la condición de isla energética de la Península, ese enlace se ha quedado pequeño. Hace catorce años ya que los respectivos operadores del transporte de la electricidad empezaron a hablar de un refuerzo del enlace que ahora parece más cercano.
El Gobierno de Portugal ha remitido al Ejecutivo español la solicitud para que participe en el proceso de evaluación ambiental del trazado luso de la nueva línea que irá desde Ponte de Lima hasta el límite con Galicia. El punto de encuentro será la zona de Fontefría, entre los ayuntamientos de A Cañiza y Covelo, en la provincia de Pontevedra. La voz del Ministerio para la Transición Ecológica es indispensable porque se trata de un proyecto transfronterizo, de la misma manera que el departamento dirigido por Teresa Ribera está a la espera de que la administración portuguesa hable del tramo en Galicia para poder emitir el informe medioambiental.
La línea planificada es de doble circuito para exprimir la conexión y elevar la actual capacidad de intercambio de electricidad, unos 3.600 megavatios (MW) en este momento desde España a Portugal y 4.000 en sentido contrario, entre las dos líneas que salen de Galicia y las otras siete repartidas por Castilla y León, Extremadura y Andalucía, según Red Eléctrica de España (REE). “La creación de este nuevo eje proporcionará un aumento del valor de las capacidades de intercambio, en particular para la importación energética”, justifica su homólogo en Portugal, Rede Eléctrica Nacional (REN), en el proyecto en fase de estudio previo. El transportista luso admite la existencia de “limitaciones” para aprovechar la electricidad producida en Galicia para abastecer al norte del país “frente al disparo simultáneo de los dos circuitos de esa línea” de Cartelle a Lindoso. ¿Qué significa esto? Cuando existe una sobrecarga, los circuitos se desconectan y deben reiniciarse para volver a operar. Y, según REN, existen “sobrecargas inducidas en otras líneas” de su red en Portugal, además de otras causas.
Tras varios estudios iniciales, REN y REE acordaron en febrero de 2007 la realización de la interconexión con la previsión de que entrase en funcionamiento “en 2013-2014”, como admite el operador portugués. Dos años después abordaron el cruce de los dos tramos. Había dos alternativas: una por Valença y otra por Monçao y Melgaço, la elegida “debido a motivos ambientales y de planificación territorial”. La decisión final se atrasó otros dos años y medio más y, ante las “dificultades para encontrar una solución convergente a tiempo en ambos lados de la frontera”, la administración portuguesa decidió trocear el proyecto, suspender la tramitación medioambiental y elaborar un nuevo informe de impacto. Los transportistas de los dos países volvieron a sentarse para confirmar por dónde atravesaría la línea el río Miño y revisar el cronograma. REN volvió a retrasar la puesta en marcha de su parte a 2021 y en el documento remitido al Ministerio de Transición Ecológica refleja como fecha definitiva 2022.
Pasará por Ponte de Lima, Vila Verde, Ponte da Barca, Arcos de Valdevez y Monçao hasta llegar al límite con la comunidad. “La instalación de apoyo más próximo de la frontera será realizada siguiendo las mejores prácticas habitualmente implementadas por REN y garantizando la aplicación de todas las medidas de minimización que se entiendan pertinentes a ese efecto, sin que se prevea la aparición de impactos en el lado español”, asegura la compañía.
El periplo de la gran autopista eléctrica entre Galicia y Portugal arrastra también aquí su propio calvario. El rechazo que el diseño de la línea suscitó en Arbo, puerta de entrada de la interconexión, llevó a REE a buscar un nuevo trazado todavía más alejado de las casas. Una vez que las autoridades portuguesas emitan su veredicto por el carácter transfronterizo y pueda salir adelante el informe de impacto medioambiental, faltarían las autorizaciones administrativas para empezar las obras y la ocupación de los terrenos. REE suele llegar a acuerdos voluntarios con alrededor del 95% de los titulares. La construcción, con un presupuesto de 54 millones y la opción de pedir fondos europeos por su carácter estratégico, duraría entre 18 y 20 meses. El borrador de la nueva planificación de las red eléctrica sitúa su funcionamiento en 2022.
