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El motor gallego bate récord exportador y se aúpa a lo más alto del sector en España

El motor gallego pulveriza su récor exportador pese al virus

De la primitiva factoría de Citroën Hispania abierta el 10 de abril de 1958 en unos antiguos almacenes del centro de Vigo con el abrazo de Zona Franca y la ventaja de la conexión al mar salieron el primer mes 25 furgonetas de un modelo renovado del mítico dos caballos con destino a la ciudad marroquí de Casablanca.

Las ventas al exterior superaron los 6.700 millones de euros tras un incremento del 33% pese a las paradas por la pandemia | La conserva cerró 2020 también en máximos

La empresa se ha hecho mayor, anidando a su alrededor una tupida red de industrias auxiliares y un ecosistema de innovación, artífices juntos de la espectacular transformación del motor en la comunidad y su vocación internacional. Bajo la tutela ahora del gigante Stellantis, la actividad el pasado septiembre batió un récord de 59.900 coches que multiplica por 2.400 el primer balance mensual de su estreno hace casi 63 años y simboliza el gran, gran ejercicio de la planta de Balaídos a pesar de la pandemia, principal razón también del máximo histórico de exportaciones del sector.

Nunca antes la automoción de Galicia vendió tanto al exterior. El saldo en diciembre ascendió a 674,7 millones tras un alza del 28,5% respecto al mismo periodo de 2019, según los datos publicados ayer por la Secretaría de Estado de Comercio.

Como al resto de la economía, el estallido de la crisis del COVID-19 y las restricciones para frenar la expansión pasaron factura al sector, cerrado a cal y canto durante las semanas más duras de confinamiento. La exportación en abril no llegó ni a 39 millones de euros. Pero, y en esto sí fue diferente a muchas otras actividades en la comunidad, la recuperación en su caso fue meteórica, con incrementos incluso por encima del 100% en agosto. El acumulado anual alcanzó los 6.733 millones de euros, superando el anterior pico del negocio exterior registrado en 2007 con 6.632 millones de euros.

La buena evolución del motor de Galicia gracias al éxito de los modelos fabricados en Balaídos –las furgonetas K9, el todocamino V20 y las versiones 100% eléctrica y térmica del 2008– es la gran excepción en la industria automovilística española en el durísimo año de la pandemia. La exportación de coches en el conjunto del Estado cayó un 12,4%, hasta los 42.283 millones de euros. El resto de polos de fabricación se tiñeron de números rojos o dejaron un crecimiento muy liviano. Destaca el descenso del 30,6% en Castilla y León; un 23% en Navarra; y el 21% en Cataluña, que se mantiene en la cabeza de las exportaciones. Galicia da un salto de gigante. Pasa de la quinta posición a la segunda en el ranking.

La cuna de Stellantis absorbe casi la mitad de todas las exportaciones de los coches made in Galicia. El flujo con Francia (3.240 millones) aumentó un 60,7%. Suben con fuerza las ventas a Italia, un 88% (337 millones); un 71% a Países Bajos (91,2 millones) y Dinamarca (86,9 millones); y un 68% a Noruega (97,9 millones). El negocio con Alemania, otro de los destinos de referencia para el sector (343 millones), se redujo un 7% y un 8% con Reino Unido (469 millones de euros) una vez activado el Brexit. El descenso en los envíos a Portugal (282,8 millones) fue del 28%. Turquía se consolida entre los grandes mercados del motor de la comunidad tras duplicar las exportaciones en 2020, hasta los 350 millones.

En la automoción se concentra uno de cada tres euros del negocio exterior de Galicia el pasado año. Pese su empuje, el global de las exportaciones de la región mermó un 6%: 20.871 millones de euros. La Vicepresidencia segunda y Consellería de Economía, Empresa e Innovación destaca que la comunidad logre por cuarto año consecutivo saltar la barrera de los 20.000 millones, incluso con mejor saldo en 2020 que País Vasco.

Además del motor, el departamento que dirige Francisco Conde remarca los números del naval, que elevó un 34,6% sus entregas, a la espera ahora de las consecuencias de un año prácticamente en blanco en encargos; y de la conserva, que pulveriza sus anteriores récords por el tirón de la demanda de los hogares. Las exportaciones de la industria de procesados del mar llegaron a los 876 millones de euros después de un aumento del 20%. Los productores de bebidas encontraron en el mercado foráneo un poco de consuelo al agujero en casa por la hostelería y las ventas crecieron casi un 18% (120 millones), aunque la gran incorporación al ranking en la leche: 182 millones, un 27% de subida. La piedra consiguió resistir el año con un avance del 2% (345 millones).

El peor saldo del textil de la comunidad en seis años

La automoción es la cara de las exportaciones en un año económicamente demoledor por todas las consencias de la crisis sanitaria del coronavirus. La cruz, el textil, que deja el liderazgo del negocio exterior de la comunidad por las restricciones al comercio, pero, sobre todo, una caída en picado de la demanda de ropa que muchos expertos apuntan como tendencia por el cambio de usos y costumbres en la pandemia. La moda gallega vendió a otros países un 25% menos que en 2019, unos 3.920 millones de euros, el volumen más bajo desde 2014. La caída en prendas de punto fue del 15%, mientras que en el resto rozó el 32%. Lo mismo sucede con el calzado, donde las exportaciones descendieron un 25%. El otro gran batacazo está en los combustibles por la menor movilidad. Redujeron a la mitad sus exportaciones: 769 millones.

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