El COVID pareciera que escapa, a veces, a los protocolos anticontagio o de detección. Porque han sido varios los buques de gran altura que, habiendo realizado todas las pruebas a la tripulación antes de embarcar, con aislamientos preventivos incluidos, han tenido que abortar la campaña por brotes del virus. Primero fue el Venturer y, ahora le ha tocado al Argos Pereira, ambos de bandera británica, que faenan en Malvinas pero con Vigo como puerto principal de operaciones. El segundo, propiedad de la sociedad mixta Argos Pereira Limited, arribó el jueves al puerto de Montevideo, cuando detectó cerca de una treintena de casos entre su personal.
Fuentes de la armadora indicaron que la escala en Uruguay estaba programada para repostar y pertrecharse de productos frescos. “Antes de poner rumbo al caladero de Malvinas, donde la infraestructura sanitaria es limitada, la empresa decidió hacer un test masivo a toda la tripulación”, momento en que tuvo conocimiento del brote. La mayoría son asintomáticos, y el resto ha presentado síntomas leves. Las autoridades uruguayas han permitido el desembarque de los tripulantes no contagiados (negativos) mientras dure el periodo de cuarentena.
En un comunicado, el sindicato CIG ha asegurado que están fallando los controles, y ha exigido a las administraciones que supervisen su cumplimiento.
