El convenio de siderometalúrgicas de Pontevedra es, con diferencia, el de mayor envergadura de toda Galicia. Por los trabajadores a los que afecta –29.729, de acuerdo al Registro y Depósito de Convenios Colectivos del Ministerio (RegCon)–, por su efecto arrastre en otros acuerdos provinciales y por constituir todo un termómetro de la situación socioeconómica. El último quedó vencido en diciembre de 2019 y, dado el cariz que mantienen las negociaciones, así proseguirá durante unas semanas, al menos. El año COVID bloqueó el avance de las conversaciones el año pasado por las medidas de confinamiento para frenar el avance de la pandemia, pero las 13 reuniones que se han celebrado hasta ahora no han aflorado avances significativos. La parte empresarial (Asime, Atra e Instalectra) acudía ayer a la última con el convencimiento de que sería “la última oportunidad” para alcanzar un acuerdo, pero fue un espejismo. La revalorización salarial terminó por poner punto y final a la sesión. “Pedíamos un acuerdo de mínimos, para facilitar una negociación completa para 2022”, defendió el responsable de UGT-Industria de Vigo, Rubén Pérez. “Queremos llegar a un acuerdo, pero tienen que poner los pies en el suelo”, replicó el secretario general de Asime, Enrique Mallón. Once de cada cien asalariados de Pontevedra siguen bajo un convenio caducado.

Estrategia de los sindicatos

La estrategia de los sindicatos (la propia UGT, CC OO y CIG) fue conjunta. Es la primera vez, en las negociaciones de los seis últimos convenios colectivos, que la central nacionalista se ha adherido a las demás, participando en la redacción de una única plataforma. Un aspecto que, a juicio de Celso Carnero (CC OO-Industria), aportaría una “estabilidad y paz social que la parte empresarial no ha querido valorar”. Dada la complejidad de los temas a abordar, pusieron sobre la mesa una contra propuesta: apartar la mayor parte de las cuestiones a negociar (plan de igualdad, de acoso, los grupos y categorías profesionales, las dietas para desplazamientos internacionales...) y centrarse únicamente en el aspecto salarial. Un “convenio de transición”, como lo calificaron los representantes sindicales. A debate, un alza del 0,5% para 2020 (sin atrasos, a cobrar a partir del ejercicio en curso) y del 1,5% para 2021. En este punto, la patronal solicitó “ligarlo” al mecanismo de indemnización de los trabajadores eventuales. Aquí reventó el encuentro. ¿De qué se trata esta indemnización?

LOS DATOS DEL CONVENIO

Impacto 29.729 personas

Peso 11% afiliación provincial

Vigencia 2017-2019

Subida en 2018 1,25 %

Subida en 2019 1,25 %

Penalización de 12 días

Por ley, a los contratos temporales se les aplica una penalización de 12 días, aunque el metal de Pontevedra consiguió elevarlo a 20 hace tiempo. Normalmente, es una especie de gravamen que se paga al trabajador al finalizar el contrato, cuando se termina la obra o servicio por el que se incorporó a la empresa. Los sindicatos, apunta Carnero, presionaron para que esa indemnización se devengase mes a mes, “había empleados a los que se les decía que los volverían a llamar, y firmaban el finiquito sin cobrar nada”. Sea como fuere, este importe mensual eleva la base de cotización, y hay que tributar por él. Asime, Atra e Instalectra requirieron, a cambio del alza salarial, volver a abonar la indemnización por contratos eventuales al finalizar los mismos, como se aplica, por cierto, en la metalurgia coruñesa.

Tras “un par de recesos”, los sindicatos aparcaron el convenio de transición y volvieron a sacar de las carpetas todos los puntos que habían convenido en posponer hasta 2022. “Si las empresas no valoran la estabilidad, la paz social, la lucha contra la precariedad y la unidad sindical es un problema. Nosotros planteamos un acuerdo de mínimos y la patronal quiso convertirlo en uno de recortes, por eso volvimos a las posiciones iniciales”, abundó el dirigente de Comisiones. “Entendemos que volvemos al inicio salvo que la patronal vuelva a entrar en razón y les valga un convenio de transición, sino empezaríamos una nueva negociación y, si se enquista, empezaríamos a movilizarnos”, zanjó Xulio Fernández (CIG). Las negociaciones se retomarán, a petición de los sindicatos, el día 19.