Cuando el lastre del ladrillo tras años y años de crédito fácil convulsionó el sistema financiero y el resto de la actividad sucumbió al parón y el cierre del grifo de la financiación en la pasada crisis, cada caída del Producto Interior Bruto (PIB) iba acompañada de un fuerte repunte de la quiebra de empresas. El número de concursos de acreedores en Galicia pasó de 56 en el primer trimestre de 2009 a 77 en el segundo, 60 en el tercero y 81 en el cierre del ejercicio, un crecimiento continuo y exponencial que se repitió en la segunda recesión, con un pico de 144 concursos a mediados de 2013. En este nuevo shock económico la evolución es muy diferente, al menos de momento. Porque las causas son otras, una pandemia ahora frente a un gravísimo problema estructural entonces; y un escudo de ayudas públicas, incluida la suspensión temporal de la presentación del concurso aunque se cumplan las condiciones.

El Gobierno aprobó la medida en abril y amplió la moratoria en noviembre, en principio vigente hasta el próximo mes de marzo. Eso, junto con las inyecciones de liquidez del ICO, la reforma de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y los planes de rescate autonómicos explican que, pese a las muchas y violentas consecuencias del COVID-19 en la economía, los concursos de empresas bajen el pasado 2020 un 14% en el conjunto de España y un 19% en Galicia, donde se formalizaron 203, frente a los 251 de 2019.

Hugo Barreiro| Pinche en en la imagen para ampliar

Repunte del cuarto trimestre

Que el impacto en la inmensa mayoría de sectores tardaría en notarse era más que evidente por algo tan sencillo como la imposibilidad de tramitar cualquier cosa entre las restricciones y la saturación administrativa, justo tras la declaración del primer estado de alarma. Entre marzo y junio, entraron en concurso en Galicia 42 compañías, la cifra más baja desde mediados de 2017. No hubo un aumento espectacular en verano (47) y sí subieron los procesos en la recta final de 2020, coincidiendo con las limitaciones impuestas para atajar los primeros rebrotes fuertes del coronavirus. Fueron 58 concursos en el cuarto trimestre, un 23% más que el anterior, pero en niveles todavía muy por debajo de años precedentes. De hecho, un año atrás, de octubre a diciembre de 2019, el volumen de empresas concursadas ascendió a 68, 10 más, según el balance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

"Solo cuatro empresas de hostelería entraron en concurso tras el verano"

¿Fue la hostelería la razón del incremento registrado en los últimos meses del año? No. Las firmas dedicadas a restauración y servicios de alojamiento sumaron únicamente cuatro concursos, uno más que en el tercer trimestre. Tampoco el comercio, con una bajada del 23%, hasta los 10. El impulso viene de la construcción, que triplicó las quiebras (de 5 a 15).

Mayor caída en industria

Las 203 empresas en concurso del acumulado de todo el 2020 en Galicia son el dato más bajo de los últimos doce años. La incidencia aumentó en solo tres grandes grupos de actividad –transporte y almacenamiento, inmobiliarias y servicios financieros y actividades administrativas y auxiliares–, con un concurso más que en 2019 en cada una de ellas. La reducción más relevante se da entre la industria, y más concretamente en la de fabricación de bienes intermedios (7 concursos, un 67% menos) y en hostelería, con 10, después de una caída superior al 33%. El comercio lidera los concursos de acreedores en Galicia en 2020 –55, el 27% del total–, seguido de la construcción (37).

El tamaño es un rasgo claro de las insolvencias en Galicia. De todas las compañías que entraron en concurso, 54 tenían uno o dos trabajadores y 39 ninguno, un perfil este último donde sí aumentaron con intensidad: 34,5%. Eso no quiere decir que las empresas grandes sean ajenas a las dificultades. En las de 50 a 99 trabajadores, la antigua suspensión de pagos se duplicó, con 10 casos en 2020. Prácticamente la mitad no pasaba de 250.000 euros de facturación. A la cabeza por antigüedad figuran aquellas firmas con más de 20 años (50 concursos). Muy de cerca, con 47, están las recién creadas o sin apenas experiencia, que no pasan de los cuatro años en el mercado. Sin embargo, el excepcional aumento de las quiebras, un 21% más, se da en las que tienen entre 17 y 19 años.