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Europa moviliza más de 5.300 millones para preservar el naval ante la sequía del COVID

Instalaciones del “gigante” alemán Meyer Werft en Papenburg. // MEYER

Una de las cuestiones más espinosas de la (frustrada) venta del astillero francés Chantiers de l’Atlantique al italiano Fincantieri era el recelo que despertaba la alianza de este último con la industria china de construcción naval. En 2016, la compañía transalpina firmó un memorando con el gigante estatal China State Shipbuilding Corporation (CSSC) para el desarrollo conjunto de cruceros en Asia. Una exportación del know-how, criticaban en París; un regalo a un competidor directo que debilitaba la competitividad de las atarazanas europeas. En el aciago 2020, según el máximo responsable de Clarksons Research, Steven Gordon, la actividad contractual cayó a niveles de hace tres décadas. No en todas partes, claro: la mitad de los pedidos que se pusieron en vigor lo hicieron en astilleros chinos, que incluso fueron capaces de aumentar sus ratios de actividad ponderada. Con el naval europeo lánguido, las administraciones han echado el resto para preservar una industria estratégica, para que mantenga su músculo cuando se diluya el rastro del COVID, y que quede naval europeo capaz de competir con el asiático. Entre rescates, programas de preservación de empleo, de fondos europeos y licitaciones han movilizado más de 5.300 millones en el año de la pandemia. Ninguno corresponde, aún, a España.

Las medidas de rescate se han articulado en Alemania y Países Bajos. El astillero holandés Royal IHC recibió una inyección de 400 millones de euros el pasado junio, repartida en distintos paquetes: un anticipo para la construcción de buques de 167 millones de euros, avales de 30 millones, garantías de crédito por 140 millones de euros más y un préstamo puente de 40 millones. Con las dos primeras ediciones del programa Noodmaatregel Overbrugging Werkgelegenheid (NOW, plan de emergencia para salvar el empleo), el país aportó ayudas por otros 49 millones de euros a una extensísima nómina de astilleros y auxiliares. Entre ellos figuran Damen, Thecla Bodewes, Royal Huisman, De Hoop Shipyard, Redwise Maritime, Future Pipe, Conoship, Van Kralingen o Veth Propulsion.

Recreación de la nueva fragata ASWF, de Bélgica y Países Bajos. | // M. VAN DEFENSIE

Subsidios directos

Y hay más. Esta semana Ámsterdam publicó el nuevo plan de subvenciones para el mantenimiento de embarcaciones de navegación interior. Incluye subsidios directos, por 76,7 millones de euros, para la compra e instalación, hasta 2025, de sistemas de propulsión más eficientes. El pasado noviembre, la industria naval holandesa en pleno se alió con el Gobierno frugal para “convertirse en un líder mundial en el campo de la construcción naval y el transporte marítimo sostenibles”. Otros 1.000 millones de euros, de los que 250 serán con cargo a los fondos de reconstrucción de la Comisión Europea.

El 20 de octubre, el gobierno del länder Pomerania-Mecklemburgo articuló un salvavidas de 193 millones de euros al astillero MV Werften, concedido por el Finanzagentur, para terminar el crucero de exploración Crystal Endeavor. No fue suficiente: ha recibido otros 53 millones más, también con la exigencia de que culmine el buque Global One. En suma, 246 millones de euros sin cartera adicional de pedidos. Dado que el rescate se ha articulado a través del fondo de estabilización (o Wirtschaftsstabilisierungsfonds), sí analizado por la Comisión Europea, en caso de que Werften necesitase más dinero deberá pedir permiso a Bruselas. Toda partida que supere los 250 millones debe pasar este requisito. También se aplica para el fondo de solvencia desarrollado por el Gobierno español, al que Hijos de J. Barreras ha solicitado unos 30 millones de euros, como avanzó FARO en primicia. German Naval Yards Kiel (35 millones) y la proveedora SANHA (10 millones) también han sido asistidas por el homólogo germano al fondo de la SEPI.

Países Bajos se unió a Bélgica para la renovación de doce buques cazaminas (mine countermeasures vessel, MCMV) por 2.000 millones de euros, así como de seis fragatas Karel Doorman. En el primer contrato, ya en ejecución, participará la viguesa Baliño, que suministrará las líneas de ejes y hélices principales de todas las naves. El nuevo buque de aprovisionamiento en combate holandés, ya bautizado como HNLMS Den Helder, tiene un presupuesto de 375 millones de euros. Damen fue elegido también en 2020 como contratista principal. Las nuevas fragatas para la Armada española, las F-110, se encuentra de momento en fase de revisión del diseño preliminar (PDR, por sus siglas en inglés). No se prevé que arranque la construcción hasta mediados de 2022.

La estrategia de Francia ha sido múltiple, e incluye un plan de estímulo a la construcción naval, rebajas de impuestos y una macrolicitación para renovar el portaaviones Charles-de-Gaulle. La espina dorsal de la iniciativa del Elíseo, coordinada con la patronal Gican (Groupement des Industries de Construction et Activités Navales), es la preservación de la “soberanía nacional”, por lo que los proyectos han de desarrollarse íntegramente en suelo galo. En suma, 1.550 millones: 650 millones para proyectos marítimos, y otros 900 para el diseño y planificación de su nuevo portaaviones.

El crucero Anthem of the Seas // MEYER

Este enorme escudo de protección al naval ha traspasado las fronteras del continente. Una de las primeras medidas del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido el rescate de la centenaria Ley Jones (Jones Act), para que “solo los buques de bandera estadounidense transporten carga entre los puertos estadounidenses”, estrategia vinculada a la eólica offhsore. “Una oportunidad –defendió la Casa Blanca– para invertir en los trabajadores del país mientras construimos energía renovable en alta mar”. El aplauso del naval fue unánime. “Como constructor naval de tercera generación, me complace que la Administración Biden esté tomando medidas para proteger y garantizar el éxito continuo de la base industrial”, destacó el presidente del Shipbuilders Council of America (SCA), Ben Bordelon.

En España, e iniciativa de Pymar y Navantia, y en alianza con Siemens, se ha presentado al Gobierno un programa con el que prevé generar un impacto en la economía de más de 3.000 millones de euros y la creación de 1.700 nuevos empleos. Nodosa Shipyard, Armón Vigo, Cardama Shipyard y Metalships & Docks están entre los 15 astilleros que forman parte del proyecto.

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