La comisión de Pesca de la Eurocámara aprobó el lunes una serie de enmiendas para el futuro reglamento de control pesquero y, entre ellas, se encuentra una sobre la instalación de cámaras a bordo. Para los europarlamentarios, el observador electrónico no debería ser obligatorio en la flota comunitaria, apostando por una aplicación voluntaria a través de incentivos. “Es un paso en la dirección correcta”, celebró ayer la patronal pesquera europea, Europêche.
La votación sobre el informe del que es responsable la española Clara Aguilera (PSOE) resolvió que estos –controvertidos– sistemas de televisión de circuito cerrado (CCTV) se alejen de la obligatoriedad por la que apostaba la Comisión Europea para así garantizar un “control eficaz” de la obligación de desembarque, tal y como también defendía la Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA). Por el contrario, apuestan porque sea voluntario, a cambio de una serie de incentivos, principalmente un aumento de cuota “o la libre elección del método para realizar una actividad pesquera”. Además, también abre la puerta a que los países obliguen la instalación en casos en los que se cometan “dos o más infracciones graves”, pero incluso en estas circunstancias se tratará de una sanción “accesoria” y “temporal”.
Más allá de las cámaras, la Eurocámara también adoptó la decisión de que los barcos de menos de 10 metros queden exentos de llevar los cuadernos de pesca electrónicos, una medida que supondría un problema para la flota de bajura. También se amplió el margen de tolerancia a la hora de apuntar las estimaciones de capturas antes de llegar a puerto y se apoyó la medida que obligará a registrar todas las cantidades capturas de cada especie aunque sean menos de 50 kilos, lo que a juicio de Europêche “aumentará exponencialmente la burocracia y las horas de trabajo de los pescadores”.
Mejora de la trazabilidad
Junto a todo esto, también se mejoró la trazabilidad de los productos del mar, el seguimiento digitalizado y la notificación de capturas en toda la cadena de valor, además de armonizar las sanciones.
Esta propuesta legislativa sobre control pesquero modifica cinco normativas distintas y todavía tiene por delante un largo proceso. El primer paso será este viernes en la comisión de Pesca, que tiene que decidir si da su visto bueno al texto final tras las enmiendas. Posteriormente se dará paso a las conversaciones entre el Parlamento y el Consejo de la UE, que negocia en nombre de los Estados miembros.
