El Ministerio de Trabajo, la patronal y los sindicatos dieron ayer el banderazo a las negociaciones del diálogo social de 2021, en un año que se prevé legislativamente cargado y con la contrarreforma laboral como protagonista. La ministra Yolanda Díaz presentó a los líderes de la patronal y los sindicatos las prioridades de su agenda legislativa en materia laboral, que prevé enviar en los próximos días a la Comisión Europea, dentro del plan de reconstrucción del Gobierno para acceder a los fondos europeos.

En una mesa paralela y una hora antes, la segunda reunión para pactar una nueva prórroga de los ERTE finalizó sin acuerdo. Tras dos horas de conversaciones, el Gobierno y los agentes sociales no consensuaron un texto común y las negociaciones proseguirán el jueves de esta misma semana.

Díaz escenificó ayer la primera mesa del diálogo social del 2021, con permiso de los ERTE, que llevan dos reuniones de perfil técnico. Los máximos representantes de CEOE, Cepyme, CC OO y UGT intercambiaron pareceres sobre los temas que el diálogo social debe priorizar este 2021 y que la ministra debe materializar en un informe que enviará a Bruselas para cumplir con las exigencias del semestre europeo.

La gran asignatura pendiente que desde hace tiempo reclaman desde Europa es reducir la dualidad en el mercado laboral y reducir las altas tasas de temporalidad, que España arrastra desde hace décadas. En esa materia los sindicatos aprietan por retomar la contrarreforma laboral, pese a que las altas tasas de eventualidad son previas a la llegada de Mariano Rajoy al Gobierno. Dicho tema se erige como el gran melón por reabrir, con una patronal poco entusiasta.

Antes de la pandemia, Trabajo y los agentes sociales negociaban la recuperación de la ultraactividad para los convenios y la primacía de los sectoriales sobre los de empresa. Dos temas ya avanzados y que el virus interrumpió. Menos madura estaba la reforma de la subcontratación que pretendía Díaz y que despertaba rechazo en la patronal.

Dos horas antes de la reunión de Díaz, las segundas espadas del diálogo social avanzaron en la nueva prórroga de los ERTE. La reunión finalizó sin un preacuerdo, pese al optimismo en el que insisten desde el Gobierno y desde los sindicatos. La patronal, según varias fuentes presentes, aprieta al Ejecutivo para relajar el veto a los despidos; una línea roja para el Ministerio y las centrales que dilata una entente que, a priori, no parece peligrar.