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La flota pesquera española saca músculo inversor con 232,5 millones en cinco años

Flota pesquera en Vigo. En elcentro, el Argos Cíes, una delas últimas nuevas unidadesdel sector

Bruselas ha puesto cifra al esfuerzo inversor realizado por las armadoras pesqueras españolas para ganar competitividad, eficiencia y calidad en las condiciones de trabajo de sus tripulaciones. En un lustro, el sector invirtió 232,5 millones de euros para, principalmente, renovar y actualizar una envejecida flota. La media de antigüedad de los buques patrios se sitúa en los 34 años, dos por encima del promedio europeo y lejos de los 26 marcados por países como Francia o Reino Unido. La Comisión Europea, a través de su comité técnico-científico del sector (Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries, Stecf), pone negro sobre blanco a esta realidad de la que se han beneficiado los astilleros gallegos en los últimos años a través de los pedidos de las casas armadoras. Con ello, buscan voltear la caída de ventas que arrastran en los últimos años. Según los datos Bruselas (los últimos consolidados son de 2018), la facturación de la flota cayó en España por debajo de los 1.900 millones de euros por primera vez en un lustro, una cifra que se hará buena cuando se conozcan los datos definitivos de los dos años posteriores, especialmente el 2020, marcado por la pandemia del coronavirus. El sector, por su parte, seguirá apostando por la inversión, como ya avisó la patronal Cepesca.

El Stefc, que se publica de forma anual, recoge y analiza los indicadores económicos remitidos por cada uno de los Estados miembro y agentes sociales implicados. El informe lanzado la semana pasada muestra la tendencia negativa que acarrea la flota pesquera comunitaria, con un 2018 que es “una continuación de la tendencia decreciente observada en 2017”. A excepción de Grecia (por falta de datos) e incluyendo todavía a Reino Unido pese al Brexit, la flota comunitaria alcanzó descargas de 5,17 millones de toneladas (casi una tonelada por cada día de mar), un 23% menos que el año anterior, con un valor de 6.272 millones de euros, un 4,2% inferior y el peor dato desde 2016.

Los ingresos medios por buque caen un 7% en España, hasta los 226.467 euros

En el caso español, en el que la flota gallega representa casi el 50% de los barcos, la tendencia es la que también marcan las lonjas de Galicia. Las rulas acumulan en la comunidad tres años de descensos en las ventas desde que tocaran techo en 2017. Aquel año histórico facturaron 508 millones de euros, muestra del papel predominante de la comunidad en un sector que según los últimos datos del Stefc logró ingresos por valor de 1.823 millones de euros, un 10% inferior y con una media de 226.467 euros por buque (-7%).

Otra situación se da en las inversiones. Pese a la caída libre que muestra el censo de la flota pesquera española, que se sitúa en 9.014 barcos (el 71% de menos de 12 metros de eslora) tras perder cerca de 2.200 en la última década, el sector español sigue siendo el más potente de Europa. Y no se da por vencido. El informe recoge que entre 2014 y 2018 las armadoras invirtieron 232,5 millones de euros, un período en el que la pesca comunitaria empleó 3.252 millones de euros y a los que se sumarán los 380 millones de euros del macroplan lanzado por Cepesca, que incluye 14 proyectos de digitalización, modernización de la flota o mejora de la vida a bordo para el periodo posCOVID.

Según los datos del Ministerio de Pesca, Galicia cuenta con una flota antigua, de 35 años de media (solo superada en España por la veintena de embarcaciones de Ceuta, con 38, e igual a los 331 barcos de Baleares). La urgencia por disponer de buques más eficientes y cómodos disparó la inversión en el sector y el lustro analizado por la Comisión Europea es fiel reflejo de los pedidos simbólicos que las armadoras de Vigo y su área realizaron al naval gallego. Son unidades para caladeros ya históricos como el de Malvinas (especialmente, con unidades como el Argos Cíes o el Monteferro), NAFO (como el Isla de Terranova), o Namibia (el marcropedido de Nueva Pescanova), aunque en estos años también se sumaron unidades en otros caladeros como Gran Sol o aguas ibéricas, tanto arrastreros, como palangreros o cerqueros.

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La botadura del Argos Cíes, en imágenes Faro de Vigo

Estimaciones

Además de los datos consolidados de 2018, el Stefc de este año también incluye una primera estimación de los resultados de la flota española para 2019, en el que se reducirán las descargas (un 4%) y la facturación, mientras que para el curso pasado resaltan el “impacto negativo” que arrastran los armadores desde marzo por el COVID. La flota “debió adaptarse a una serie de nuevas normativas, fluctuaciones en el mercado y el cierre del canal Horeca”, resumen desde Bruselas.

En lo que respecta a 2020, la CE estima que a nivel comunitario la pandemia provocó que las descargas se redujesen un 17%, mientras que el empleo en el sector sufrió una bajada del 19% y las ganancias netas se cayeron un 29% respecto a 2019. Para España calcula que las pérdidas en el caladero nacional “rondan los 68 millones de euros en cuanto a beneficio neto”.

Los pescadores europeos ganan un 33% más que en 2008

El informe del Stecf (Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries) también hace alusión a la situación de las tripulaciones de los Veintisiete. La flota comunitaria emplea en su conjunto a unas 146.906 personas que reciben un salario medio anual de 24.287 euros. En lo que respecta al período 2008-2018 estas cifras suponen una caída del empleo del 10% y un alza en los salarios del 33%. Entre los que más cobran (en Bélgica, 121.858 euros) y los que menos (en Chipre, 1.030) se encuentra España: la flota del país emplea al 21% de los tripulantes que hay en toda la UE y su salario es superior a los 22.000 euros de media anuales (el gráfico no recoge el dato concreto).

Otro de los aspectos que refleja el Stefc es el esfuerzo pesquero de la flota, tanto los días de mar realizados como el consumo de combustible. En 2018 los buques pesqueros comunitarios pasaron 6,5 millones de días en el mar, en los que consumieron casi 2.300 millones de litros de combustible. Esto “significa que, en promedio, cada buque activo pasó alrededor de 80 días en el mar y consumió casi 28.325 litros”. En lo que respecta a los datos relativos a la flota española, es la tercera en cuanto a días de pesca con una media de 120 (superada por la belga, 205, y la italiana, 124) y su consumo de combustible es de 563 millones de litros.

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