El precio de la factura de la luz para el consumidor medio asturiano (aquel que tiene un consumo mensual de unos 250 kilovatios) superará este mes de enero los 83 euros. El cálculo lo acaba de difundir la asociación de usuarios Facua que ha reclamado al Gobierno que actúe de inmediato para tratar de abaratar la “salvajada” subida del recibo. En plena polémica por los elevados precios de la electricidad –que durante estos primeros días de año han experimentado un fuerte ascenso debido al fuerte incremento de la demanda y la falta de sol y de aire que reduce la aportación de las energías renovables a la producción– la ministra para la transición ecológica, Teresa Ribera, aseguró que el alza no tendrá repercusiones en la factura. “Se notará muy poco”, aseguró.

El caso, es que estos vaivenes de precios suponen un dolor de cabeza para, aproximadamente, el 40% de los consumidores, unos once millones en toda España, que se corresponden con aquellos que tienen contratada la llamada tarifa regulada o Precio Voluntario del Pequeño Consumidor (PVPC) y que fía una parte del recibo a las subastas de electricidad que tienen lugar diariamente en el mercado mayorista. El resto paga un precio fijo que les marca su comercializadora. Es a eso a lo que se refería Ribera que achacó el incremento de la luz a una “situación extraordinaria” y añadió que “hay muchas tarifas, y no solo aquellas que están indexadas al mercado mayorista”.

Oposición

Sin embargo, la ministra se ha encontrado oposición en casa, entre sus socios de Gobierno. Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, calificó la subida de la luz como “una vergüenza” y aseguró que es el PSOE el que se está resistiendo a introducir cambios en el sistema eléctrico que traigan consigo un recorte en el recibo. “Es indignante que en plena ola de frío se produzca este robo a través de la factura de la luz y, como portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, no paro de pensar que ojalá tuviera cien diputados en vez de 35 para que la cosa fuera distinta”, señaló Echenique.

Investigación

La presión es cada vez mayor. El Gobierno ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV) que abra una investigación para ver si está ocurriendo algo extraño en el mercado eléctrico estos días, pero esa solicitud es insuficiente para la oposición política que reclama más contundencia. Por ejemplo, el grupo parlamentario de Ciudadanos exigió al Gobierno que adopte medidas urgentes para reducir el impacto de la subida de los costes de la electricidad en los consumidores. Como medida transitoria reclama que se eliminen del recibo los impuestos, para tratar de aligerar la carga.

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Para hoy domingo –los precios de la electricidad se negocian con un día de antelación– bajará ligeramente y alcanzará una media diaria de 66,27 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un 17,8% menos que los 80,66 euros que se habían registrado el sábado. No obstante, se trata de una cifra todavía muy elevada para un día de fin de semana, cuando el consumo es mucho menor ya que los grandes consumidores –la industria– está parada o funcionando solamente a medio gas. Esta reducción ha sido posible gracias a que las energías renovables –especialmente la eólica que ya ayer era representaba el 33% de la electricidad producida en España– están volviendo a aportar al sistema como hace unos días y el coste del gas –el combustible usado para poner en marcha los ciclos combinados– están descendiendo también, tras solventarse algunos problemas de suministro que había con Argelia.

Todos estos factores sumados provocarán que, según la proyección realizada por Facua, el recibo de la luz vaya a finalizar enero en un precio superior a los 83 euros, una cantidad que no se pagaba desde, por lo menos, el mes de septiembre de 2018. Son, además, unos 18 euros superiores a lo que abonaron los consumidores en enero del año pasado y 30 euros más que durante el estado de alarma, cuando se registraron mínimos históricos en los precios. De hecho, las subidas registradas en este comienzo de 2021 se producen después de que en 2020 –el año de la pandemia y de los confinamientos domiciliarios– el precio de la luz en el marcado mayorista cerrara a 33,96 euros megavatio hora (MWh), el más barato desde 2004.