El consejo de ministros de Pesca llegó ayer por la mañana a un acuerdo para los Totales Admisibles de Capturas (TACs) y cuotas pesqueras de 2021 tras más de 24 horas de negociación. Los debates de los Veintisiete, marcados por los problemas derivados del COVID (el sector no pudo viajar a Bruselas como habituaba) y las conversaciones para la desconexión de Reino Unido, concluyeron cerca de las 8.00 horas de ayer. El texto definitivo confirmó dos cosas: por un lado, la prórroga durante los tres primeros meses del año de los cupos afectados por el Brexit, tal y como adelantó FARO, con lo que se podrá capturar un 25% de la cuota anual fijada para 2020; por otro, la culminación de unos tijeretazos que desde el sector pesquero entienden como “injustificables”.
En total, los TACs que sí fueron adoptados (principalmente para aguas ibéricas) que afectan a España suponen una pérdida de 4,3 millones de euros en las principales especies. De ahí que los armadores choquen con la opinión del ministro de Pesca, Luis Planas, que calificó el acuerdo como “satisfactorio”. “La valoración general sobre el resultado del acuerdo es negativa”, sentenció el secretario general de la patronal Cepesca, Javier Garat. De la misma opinión son las diferentes asociaciones gallegas consultadas, que entienden que Bruselas ha pecado de “falta de sensibilidad” a las puertas del Brexit y en plena pandemia.
Las negociaciones, lastradas por la discusión en torno a la situación del Mediterráneo (en el orden del día de este consejo anual por primera vez), resultaron en un descenso del grueso de los cupos en discusión: 13 de los 17 con interés comercial para la flota gallega y española sufrieron recortes. De hecho, tan solo se salvan de la quema la reducida pesquería de abadejo al oeste de Francia (statu quo para las 252 toneladas) y las tibias alzas en el caso de la cigala para esas aguas (un 2,5% más, 239 toneladas), para el jurel en la zona IXa (de Fisterra al Golfo de Cádiz, que crece un 5,3%, 31.834 toneladas) y para la anchoa en la zona VIIIc (de Fisterra a País Vasco, un 3,5% más, 29.700 toneladas).
En el resto los recortes preocuparon al sector, especialmente en el caso de la merluza al caer un 5% (5.321 toneladas), el rape con un 12,5% (2.934) y el rapante –o gallo– al disminuir el cupo un 7,1% (1.912). Junto a los descensos del besugo y lenguado en aguas ibéricas y al oeste de Francia, de un 20,8% y 27,5%, respectivamente, la flota pierde más de 4,3 millones de euros respecto a los precios medios de primera venta en 2019.
Las muestras de descontento por este acuerdo comenzaron con la conselleira do Mar, Rosa Quintana. De forma opuesta a Planas, hizo “una valoración totalmente negativa” y, como Cepesca, coincidió en una “falta de sensibilidad” por parte de Bruselas hacia un sector considerado esencial durante la pandemia.
“Nos preocupa, y mucho, la flota de Gran Sol”
“¿Qué le digo a los armadores y cómo van a enfocar el inicio del año?”, lamentó el gerente adjunto de ARVI, Hugo González. Si bien la prórroga de las cuotas de Gran Sol “debería ser suficiente para este primer trimestre”, a su juicio “no se ha atendido los intereses de los armadores como debieran”, ya que “va a ser difícil” realizar los intercambios necesarios con otros países en cupos como el rape, escasos de por sí para la flota española. “Nos preocupa, y mucho, la flota de Gran Sol”, sentenció.
“No podemos estar contentos con este reparto”
“Nos vuelven a complicar la gestión pesquera con una bajada de cuotas importante”, señaló el portavoz de los cerqueros de Acerga, Andrés García. Una crítica a la que se sumó el gerente de Opromar, de Marín: “No podemos estar contentos con este reparto”. Juan M. Fragueiro explicó que resultado general es de “más sombras que luces en todo” tras un año atípico en el que, además, “no se han podido agotar todas las cuotas”. “Aunque se hayan dulcificado los recortes, no tiene mucha justificación”, zanjó.