El principal escollo que separa a la dirección y trabajadores de BorgWarner en Vigo para llegar a un acuerdo y evitar así la huelga planteada por el comité de empresa es una paga anual de 3.000 euros. El complemento, que la multinacional estadounidense del motor quiere eliminar en los contratos nuevos, fue el principal detonante de un paro indefinido que comenzaría el lunes y que la empresa tachó ayer de “medida de presión desproporcionada” que llega “en el peor de los escenarios posibles”.

La última propuesta de la empresa recoge esta medida, así como un cierre de 2020 sin incrementos salariales y un 2021 y 2022 con aumentos del 0,5%. Junto a ello, plantea recortes en el complemento de la incapacidad temporal, reducción de las jornadas de asuntos propios de dos a una, o que los ajustes de jornada que se pactan colectivamente en el calendario laboral pasen a ser de carácter individual.

Para la multinacional, el futuro de la planta “pasa por la contención salarial y la apuesta por nuevos productos”, sobre todo ante la “bajada de ventas” que sufren “asociada a la reducción en el mercado de EGR”. De hecho, en el texto aseguraban que el grupo se hizo recientemente con “un importante proyecto que, de asignarse a Vigo, podría cambiar radicalmente las perspectivas de futuro de BorgWarner Vigo”. El pedido, del que no especifica nada, garantizaría “la carga de trabajo para los próximos años”, además de que llevaría aparejada “una inversión de 10 millones de euros para industrializar los nuevos proyectos en la planta”, a cargo del grupo. Sin embargo, la dirección insiste en que “para poder lanzar ese proyecto en Vigo es necesario hacer cambios que permitan ganar en competitividad”.

BorgWarner, que está impulsando con siete millones de euros la ampliación de su planta en Viana do Castelo (Portugal), insiste en apelar “al diálogo para alcanzar un acuerdo”. De hecho, la firma mantuvo la convocatoria con el AGA (del Consello Galego de Relacións Laborais) prevista para ayer a las 10 de mañana, a la que finalmente se presentaron los sindicatos que convocaron la huelga. A última hora de la tarde las negociaciones culminaron sin acuerdo y con el compromiso de ser retomadas hoy.

El problema de fondo que atraviesa BorgWarner es la caída de ventas provocada por el cerco a los motores de combustión y el avance del vehículo eléctrico, lo que obliga a reformular la actividad de empresas de este nicho.