La espera para que el Gobierno materialice su promesa de contrarreforma laboral se le está haciendo larga a los sindicatos. Las últimas declaraciones del presidente, Pedro Sánchez, no cayeron bien entre las filas de CC OO y UGT. “No habrá reforma laboral sin acuerdo social”, declaró Sánchez en una entrevista publicada este domingo en FARO DE VIGO. Unas palabras que han despertado el rechazo de las principales organizaciones sindicales, que recuerdan al presidente del Gobierno que derogar los aspectos más lesivos de la herencia del PP figura en su programa electoral. Y por ello le piden que no conceda, con esa promesa de diálogo social, poder de veto a la patronal.

La pandemia hizo saltar por los aires el calendario de negociaciones para desmontar los pilares de la reforma laboral del PP, levantada en 2012. Las mesas del diálogo social no han vuelto a reunirse desde que llegó el virus y el Ejecutivo no ha acallado rotundamente las voces que afirman que desde la UE plantean subordinar la llegada de los fondos para la reconstrucción a la no modificación de parte de esa reforma laboral. “No es una opción, es una obligación que está en su programa del Gobierno y en el de investidura”, afirma el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

La contrarreforma

La contrarreforma laboral del PSOE y Unidas Podemos (y sobre todo su dimensión) no ha estado exenta de polémica en los últimos meses. El pasado mayo ambos partidos pactaron en el Congreso con EH Bildu la derogación “de manera íntegra” de la reforma laboral del PP, una entente fugaz de la que el propio PSOE se desmarcó pocas horas después y que provocó un rechazo frontal por parte de la patronal. “Siempre y cuando los actores sociales quieran esa reforma laboral, el Gobierno está dispuesto a acompañarla”, afirmó Sánchez en la entrevista. “Una cosa es apostar por el diálogo social, que es importante y nos ha dado acuerdos importantes durante esta pandemia, y otra cosa es conceder poder de veto a una de las partes”, replica el secretario general de CC OO, Unai Sordo.

Las declaraciones de Sánchez dan tranquilidad a la patronal; recelosa de tocar una reforma laboral que el PP no negoció con ellos, pero a la que no quieren renunciar. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, suele insistir en sus discursos que la música que suena bien en la partitura de los empresarios es la de “mejorar”, no la de “derogar” la reforma laboral. Que en esos términos pueden entrar a hablar, no así en otros. Y siempre en el marco del diálogo social, nunca desde la unilateralidad.

Garantizar la paz social

“En este contexto, lo que es importante es garantizar la paz social y, por lo tanto, vamos a apostar decidida y rotundamente por el diálogo y el acuerdo social”, afirmó Sánchez. “Es evidente que si el Gobierno no cumple con sus compromisos los sindicatos entraremos en un escenario de movilización. Y pondría difícil continuar con el diálogo social”, declara el líder de CC OO.

Las negociaciones para consensuar un desmontaje progresivo de la herencia laboral del PP fueron interrumpidas en marzo por la pandemia. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aparcó las conversaciones que ya estaban en marcha y que versaban sobre la recuperación de la ultractividad (la prórroga automática de los convenios) y la recuperación de la prevalencia del convenio sectorial, sobre el de empresa.

Son dos herramientas que facultan a las compañías para devaluar salarios sin el consenso de sus trabajadores. El compromiso de Díaz es reabrir las mesas y reanudar las negociaciones donde se dejaron.