Esperpéntico, tropelía, chapuza, burla, lamentable, excusas. Son términos que plagan los comunicados con los que organizaciones críticas de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) calificaron ayer no solo la dimisión de José Manuel Díaz Barreiros, sino sus explicaciones. El presidente más efímero de la historia de la confederación –duró dos días escasos en el cargo– atribuyó su salida a las “dudas” manifestadas sobre el proceso electoral por cuatro organizaciones, que reclamaron conocer el resultado de la votación telemática. Como recordaron, en ningún momento impugnaron el procedimiento, su designación como patrón de la CEG o instaron a una repetición de los comicios. “Desconocemos las razones reales de la dimisión”, indicaron por escrito los portavoces de Asime, Cegasal y CECA Galicia (Enrique Mallón, José Antonio Vázquez y Antonio Dieter Moure, respectivamente). Los tres señalados, junto con el presidente de la confederación de Pontevedra, Jorge Cebreiros, por sembrar aparentemente dudas sobre la legalidad de su nombramiento. También el mandatario pontevedrés exhibió su sorpresa. “Sabrá los verdaderos motivos que lo han llevado a tomar esta decisión, absolutamente personal. Que no busque otras excusas”.

En el escrito de las tres sectoriales exigen que “se respete la voluntad de las personas y, si fuese posible, se retiren de estas organizaciones personas que ya empiezan a mostrar actitudes más similares a regímenes dictatoriales”. En ningún momento el comunicado menciona al presidente coruñés, Antonio Fontenla, o el lucense, Jaime López. “Creemos que ha llegado el momento en el que representantes empresariales que llevan demasiado tiempo manipulando se retiren definitivamente de la vida pública y de la vida asociativa para intentar erradicar con ello actuaciones absolutamente deplorables y dar paso a savia nueva”, prosigue. Estas organizaciones claman contra el señalamiento del que han sido objeto, por el hecho –apuntan– de “haber cometido la incómoda imprudencia e ilegalidad de solicitar el legítimo recuento”. Fue con su escrito de renuncia, y no con una comunicación oficial remitida a los vocales de la CEG, que éstos se enteraron del resultado parcial de los votos formulados por vía telemática. Ayer recibieron la información completa: se computaron 54 votos online, de los que 21 correspondieron a Díaz Barreiros. El vigués Pedro Rey, que se retiró a escasos minutos del arranque de la asamblea, solo recibió el apoyo de 23 vocales por la plataforma Wevote. Otros 10 votaron en blanco. La secretaría general de la confederación no facilitó, en todo caso, cuántas delegaciones de voto se entregaron en Santiago.

Mallón, Vázquez y Dieter atribuyen la sorpresiva renuncia del ya expresidente al peculiar proceder de la jornada electoral. “Probablemente ya se han dado cuenta de la auténtica chapuza electoral que han realizado, una chapuza en la cual se saltan y burlan cualquier norma electoral por básica que parezca, paralizando a su antojo una votación que ya estaba en su tramo final”. Las votaciones telemáticas arrancaron el viernes 20, y se cerraron el lunes 23 por la tarde. Un día más tarde, a cinco minutos del mediodía, Pedro Rey se retiró y su contrincante fue designado presidente de la CEG por aclamación. Cebreiros volvió a defender ayer las razones por las que avaló el nombramiento del ourensano. “Se intentó cumplir con el mandato del comité directivo, que ratificó la voluntad de encontrar un candidato que reuniese el mayor consenso posible”. El líder de la CEP, eso sí, pidió disculpas a los ocho vocales de Pontevedra que habían votado por la plataforma digital, a quien no consultó.