La Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu) lanza Obepal, un proyecto en colaboración con varias entidades públicas y privadas vinculadas al sector para la estandarización de la metodología de observación electrónica pesquera monitorizada, “como alternativa y complemento a la presencia de observadores físicos a bordo, pero manteniendo la misma fiabilidad”. La iniciativa contempla las condiciones de instalación y la obtención de datos, su análisis y presentación “con el fin de conseguir transparencia, sostenibilidad y eficiencia” en la actividad y asegurar el correcto funcionamiento del sistema remoto.

Las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP’s) promueven desde hace varios años ya la presencia de observadores en los barcos para las tareas de control y asegurar la fiabilidad de los datos. La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, por sus siglas en inglés) exige un 5% de cobertura de observación en los buques de palangre y en la CIAT, su homóloga para el Océano Pacífico oriental, se está incrementando gradualmente hasta un 20%. “Como bien sabe la flota –señala Orpagu en una nota–, embarcar a un científico es costoso y limita más un espacio ya de por sí reducido como es un buque de pesca y en el que tienen que convivir varias personas durante semanas, situación que se ha agravado aún más en los últimos tiempos con motivo de la pandemia”.

Con la colaboración del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, la Fundación Biodiversidad y el Ministerio para la Transición Ecológica y la cofinanciación de los FEMP, el proyecto impulsado por Orpagu, puesto en marcha el pasado día 1 de noviembre y que se extenderá un año.