BorgWarner vuelve a crecer… en Portugal. La multinacional estadounidense del sector de componentes del automóvil ampliará en unos 7.000 metros cuadrados su planta de Viana do Castelo para reforzar su capacidad de producción en el norte de Portugal, según ha podido saber este periódico en fuentes del sector. La decisión se toma apenas un mes después de que la compañía acordase con los sindicatos un ajuste de plantilla en la factoría de Zamáns mediante sesenta bajas incentivadas (la dirección del centro había planteado inicialmente un expediente de extinción de empleo para 103 trabajadores) tras la caída en picado de las ventas de coches diésel, para los que BorgWarner provee los módulos EGR que reducen las emisiones contaminantes (los NOx).

Lo contradictorio de esta inversión en Portugal es que la planta de Viana y la de Zamáns fabrican casi los mismos componentes, por lo que el desplome del mercado del diésel les afecta por igual. Y la diferencia, la competitividad de ambas. El centro luso, más eficiente en costes, crecerá ahora en 7.000 m2 (el complejo industrial del parque de Lanheses ocupa unos 26.000 m2) para absorber mayor producción, mientras que el gallego sigue a la espera de nueva carga de trabajo. La dirección de Zamáns, tras tres años de bajada de facturación, presentó a través de la negociación del nuevo convenio colectivo un plan de competitividad para optar a nuevos proyectos, que incluía un ERE para 103 trabajadores, lo que se encontró con el rechazo frontal del comité. Y tras un conato de huelga y la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais, la empresa cambió el ERE por sesenta bajas incentivadas, incluidas jubilaciones parciales, excedencias y salidas con compromiso de contratación de nuevo en el futuro.

El acuerdo, refrendado por mayoría por la asamblea de trabajadores, se alcanzó a finales de octubre. Durante la negociación el pasado verano, los sindicatos llegaron a denunciar que BorgWarner, que participa en varios proyectos de innovación financiados por la Xunta, estaba desviando producción y reforzando los proyectos en Viana do Castelo, una planta que ahora aumentará sus instalaciones y que prácticamente desde su creación (antes de la compra de Dytech Ensa por BorgWarner) ha dependido orgánicamente de la de Zamáns, aunque la duplica en plantilla.

BorgWarner se encuentra en pleno proceso de ajuste de capacidades industriales a nivel mundial. Solo en Europa, el grupo estadounidense ha cerrado dos fábricas, en Francia e Irlanda. La planta viguesa, al igual que la del norte de Portugal, es pionera en el diseño y fabricación de sistemas de recirculación de gases de escape para motores diésel (válvulas y módulos EGR, que reducen las emisiones de NOx y que han sido claves para adaptar los motores diésel en la UE a las normativas Euro5 y Euro6), y participa en varias unidades mixtas de investigación financiadas por la Xunta para desarrollar nuevos componentes en Galicia, lo que le llevó en los últimos años a modernizar su centro de ingeniería de Zamáns y abrir nuevas oficinas para I+D en el polígono miñorano de Porto de Molle.