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Joaquín Cadilla | Presidente de Orpagu

“El objetivo del palangre para este año es no perder o perder lo menos posible”

“Tenemos un problema serio para trabajar en cualquier océano por la flota china”

Cadilla, ayer en A Guarda.

La Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu) encara el cuarto de siglo como la mayor asociación del palangre de superficie de Europa con 72 buques. Su presidente, Joaquín Cadilla (52 años), afronta por su parte el cuarto mandato en momento convulso para todo el sector por los nefastos efectos del Covid en los precios de sus capturas, la presión ecologista sobre su actividad y políticas que consideran “incomprensibles”. Sobre la mesa Orpagu pone I+D, asociacionismo y, lo más importante, una apuesta decidida por el desarrollo económico, social y ambiental de la actividad.

–¿Cómo encara Orpagu este casi cuarto de siglo?

–Muy centrados en el tema de la transición ecológica, que va a ser algo en lo que tendremos que hacer hincapié. En eso y en que nos conozcan más, porque tenemos la sensación de que hay una idea errónea de lo que es el palangre de superficie gallego o europeo. Luego a ver si el Covid nos permite hacer algo especial el año que viene.

–¿Por qué persiste ese estigma ante esta flota?

–Porque hay intereses muy fuertes por parte de ciertos grupos. No es cuestión del tiburón marrajo o de tintorera; el objetivo principal es que no haya palangre de superficie y punto. Mientras los océanos los van ocupando los chinos, cosas que suceden y que llevamos años denunciando, cada día con una realidad abrumadora. Para mí es la gran lucha que queda en los próximos 20 años, porque o se soluciona el tema de China o todo lo que haga la flota europea no servirá para nada, siguen creciendo sin control. El último informe de Greenpeace lo reconoce y nosotros tenemos un problema serio para trabajar en cualquier océano, con sitios en los que no podemos ni lanzar el palangre.

–La actual es una situación convulsa para el palangre, ¿podrá superar el sector el golpe actual?

–Tenemos que centrarnos en el día a día, haciendo el mayor trabajo posible pensando en el futuro. Tenemos que solucionar el problema con el marrajo [para su comercialización, por un problema administrativo entre ministerios españoles] en un corto-medio plazo y esperar que el Covid, con las vacunas, devuelva la confianza a la sociedad y se recuperen los precios.

–¿Cómo han caído las ventas?

–La tintorera en la primera ola se desplomó y todavía no se recuperó. Se perdieron el 50% de las ventas al pasar de una media de 1,2 euros el kilo a 50 céntimos ahora. El pez espada aguantó más o menos, recuperando algo en el verano, pero en esta segunda ola solo en una semana perdió un 10% de media. Es mucho, son 60 o 70 céntimos. Si abren de nuevo los restaurantes y la gente recupera la confianza con responsabilidad quizá se recupere un poco el mercado. La situación es compleja y a ver si somos capaces de aguantar, pero estamos acostumbrados a este tipo de temporales, a que lo ahorrado en cinco años se vaya en uno, a tirar de créditos y pólizas.

–¿Quedan motivos para el optimismo?

–Siempre hay. Lo que nos abre la ventana al optimismo es pensar que esto es pasajero. Todo va a depender de lo que se prolongue en el tiempo, aunque nadie lo sabe. Va a costar que todo sea como antes o a lo mejor no lo vuelve a ser, pero hay que adaptarse. Insisto en que lo necesario es recuperar la confianza, que es lo que nos está afectando.

–Aun así, en medio de la pandemia se confirmó la suma de 30 pesqueros lusos a Orpagu. ¿Cómo surgió este acuerdo?

–Es algo que llevamos trabajando desde hace años y está basado en lo que la UE quiere que sea la gestión pesquera. Cada vez los gobiernos van entendiendo más esta figura nuestra de organización transnacional y vamos dando pasos, pero queda mucho por hacer. Queremos gestionar los recursos que tenemos asignados para poder pescar, sobre todo en el Atlántico norte, porque compartimos puerto, el de Vigo, somos vecinos y especialistas en palangre de superficie. Podemos aportarnos cosas los unos a los otros y lucharemos porque esta zona de Europa sume.

–Son 52 millones de facturación conjunta. ¿Este año cómo será?

–Este año el palo va a ser muy gordo por el Covid. El objetivo de cualquier empresa del palangre para este año es no perder o perder lo menos posible. Es muy complicado que alguien pueda presentar beneficios.

–Durante estos últimos años Orpagu profundizó mucho en I+D, sobre todo con nuevos productos. ¿Qué tal está yendo a nivel de ventas?

–Van mejorando de manera exponencial, algo que no es complicado cuando las ventas son bajas. Lo bueno es que estamos abriendo muchos mercados en Europa. A pesar de no haber ferias, de las que dependemos mucho y son un soporte importante para comercializar, seguimos creciendo con nuevos mercados en Dinamarca o Alemania, además de consolidar Suiza. Ahora en el tema del congelado estamos viendo ya lineales en España y trabajando en el mercado norteamericano, sobre todo en el tema de hamburguesa congelada. Es un embrión, un proyecto en el que trabajamos mucho y que sigue adelante.

–¿Qué funciona mejor?

–El atún, por el precio obviamente. La ventresca de espada funciona bien, pero son mercados pequeños y concretos, además de que partimos de una materia prima muy cara. En tema de conserva nos funciona muy bien el atún y luego la hamburguesa de pez espada, que es reciente y a donde llega suele repetir y estamos muy contentos. Es donde tenemos más futuro y tenemos varios proyectos para producto elaborado a partir del congelado.

–También profundizaron en temas revolucionarios, como las velas. ¿Cuándo podrá ser una realidad?

–Ya, en cuestión de meses. El Covid también incidió en esto, ya que tenían que estar instaladas hace mes y medio, pero los técnicos no pudieron viajar a Panamá para la instalación. Contamos que cuando llegue el barco a tierra a descargar tras la próxima marea se lleve a cabo, ya que está todo listo aquí en España a la espera de que se pueda meter en un contenedor y se pueda viajar. Puede ser en dos meses o cinco, porque el que manda ahora es el pescado. Creo que va a merecer la pena el esfuerzo realizado por mucha gente.

–¿La planta frigorífica y conservera será el colofón?

–Sí, cuando lo consigamos hacer realidad lo será. Seguimos trabajando en ella y cuando estén todos los cabos atados se anunciará. Estamos cerca porque con la nueva directiva tras las elecciones de Orpagu se hizo una asamblea monográfica para que se diera el visto bueno. Se explicó el proyecto y se dio el ok para hacerla realidad. Ahora lo importante es no dar un paso en falso y espero que en meses anunciemos que sale adelante. Estamos muy cerca.

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