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Atunlo adapta su producción al escenario Covid y triplicará capacidad en Cambados

Erige a la gran distribución como “prioridad” y se introduce con éxito en súper del norte de Europa | Contratará a medio centenar de trabajadores | La reforma, lista para junio

Exterior de las instalaciones de Atunlo en O Grove, ayer. | // IÑAKI ABELLA

Con todas las dificultades de una súbita pandemia mundial, la cadena al completo de la industria pesquera fue capaz de poner en valor su condición de sector esencial y mantener activas las líneas de producción, aprovisionamiento y distribución. Para las empresas con mayor dependencia del canal horeca (restauración), el nuevo cerrojazo a la actividad ha forzado un proceso de reconversión para dar un mayor peso al canal retail (venta minorista en supermercados). Atunlo –participada por la viguesa Comercial Pernas y las atuneras vascas Inpesca y Pevasa– ya ha lo probado con éxito. “Por primera vez la gran distribución es nuestro cliente, es la prioridad”, resume su director de Operaciones, Alberto Gros. La compañía invirtió 1,5 millones de euros en una nueva línea de producción en su factoría de Cambados, que lleva ya un año especializada en productos de atún de alto valor añadido. Ya está enfrascada en su ampliación, “en vista de la acogida” que han tenido en el mercado: ampliará capacidad con tres líneas más y superará con holgura los 200 trabajadores. Invertirá en este proyecto otros 4 millones de euros.

Esta gama de Atunlo Cambados (steaks, daditos, ventrescas...), con un packaging adaptado al hogar como consumidor final, se comercializa ya por toda Europa. “Sobre todo en el norte”, acota Gros. “Antes utilizábamos formatos más grandes porque estábamos más centrados en el foodservice”, con filetes a trocear después por el propio restaurante, por ejemplo. “Hubo que reconducir la actividad” y han acertado, éxito que el directivo atribuye a un “producto 100% natural” y a la propia dinámica y estructura del grupo, que “garantiza la trazabilidad”. Esta es, de hecho, la columna vertebral de Atunlo desde su constitución, en 2007. La rama viguesa de la sociedad, Pernas, asumió la función de comercialización de las capturas de sus socios vascos, con una flota de 13 buques congeladores, maximizando sinergias. “Nuestro objetivo era dar el mayor valor posible [a las capturas], sacar lo mejor de esa materia prima”.

No es la primera vez que la sociedad que dirige José Pernas se adapta a procesos disruptivos. Recuerda Alberto Gros que en los comienzos fueron de la mano con el sector conservero, cada vez más enfocado a la elaboración de atún precocido y demandante de los contingentes. “Buscamos alternativas. Nuestra flota es europea, con mejores prácticas, tecnología o condiciones de vida a bordo. La materia prima es más cara, y competimos en el mismo mercado que la otra”. Se fraguó así su distanciamiento de la conserva, que en gran medida ha sido aprovechada por grandes cadenas de distribución como producto reclamo, como ha sucedido también con la leche o el aceite. Ahí los márgenes sufren y se estrechan. Atunlo Cambados pasó de congelar pelágicos a productos crudos de atún. “Creemos que tiene mucho potencial, y tiene además muy buena acogida por los niños”.

La reforma de las instalaciones de Cambados –Atunlo cuenta además con planta en O Grove, Santoña, Cabo Verde y Vila Nova de Cerveira (en alianza con Marfrío), y acuerdos de co-packing en Ecuador y la caboverdiana Frescomar– arrancará en enero. Está previsto que las obras terminen en mayo o junio, a partir de cuando incorporarán entre 40 y 45 trabajadores más. Estas instalaciones, que elaboran 80 toneladas diarias, emplean a día de hoy a 180 personas.

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