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El naval de Holanda traza un plan de 1.000 millones frente a un duradero efecto Covid

La industria en pleno se alía con el Ejecutivo frugal para solicitar 250 millones a Bruselas. La alianza de astilleros gallegos, todavía en fase de arranque

Reunión virtual de los astilleros de Vigo con Puerto, Xunta e Igape.

La actividad mundial de contratación naval advertía evidentes síntomas de agotamiento antes de la pandemia. Si a cierre de 2018 los astilleros europeos habían logrado la puesta en vigor de pedidos por más de 3,5 millones CGT (Compensated Gross Tonnage, arqueo bruto compensado), al año siguiente registró una contracción equivalente del 30%. El abrupto descenso de los precios del petróleo, primero, y los efectos de la pandemia, después, aceleraron al máximo ese viaje a la parte más profunda de la curva para una industria siempre cíclica. En Europa ha sido un frenazo casi en seco: en el primer tramo del año firmó apenas una tercera parte de los contratos que había amarrado en el primer semestre de 2019, y pasó de 60 a 35 buques.

"En nuestro sector el valle [de carga de trabajo] será largo para la construcción de buques de pasaje dedicados al ocio, y más corto para el resto”

Experto directivo del naval gallego.

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Es el segmento de referencia para la industria holandesa, que ha decidido armarse ya ante un prolongado efecto Covid. A través de las organizaciones Maritime by Holland y Nederland Maritiem Land, con el apoyo del Gobierno del frugal Mark Rutte, acaba de presentar un plan de 1.000 millones de euros para “convertirse en un líder mundial en el campo de la construcción naval y el transporte marítimo sostenibles”. Pedirán 250 millones a Bruselas para llevarlo a cabo.

“Plan maestro para un sector marítimo libre de emisiones” (Masterplan voor een emissieloze maritieme sector). Así se llama una iniciativa que, a la postre, pretende sacar al mercado treinta buques libres de emisiones antes de 2030, así como cinco modernizaciones de sistemas de propulsión.

“El Gobierno holandés será el primero en utilizar barcos libres de emisiones y estamos fortaleciendo nuestra posición competitiva internacional”

Presidente de Nederland Maritiem Land, Rob Verkerk

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El proyecto se estructura de hecho en base al gasto que licite Ámsterdam, ya que los “clientes de lanzamiento” serán la propia marina holandesa (Royal Netherlands Navy) y la Dirección General de Obras Públicas y Gestión del Agua (Rijkswaterstaat). En torno a una cuarta parte de la superficie de Países Bajos está bajo el nivel del mar; el transporte o el turismo fluviales son un pilar económico y el Rijkswaterstaat cuenta con una flota de más de un centenar de embarcaciones. Las dos fragatas multipropósito que conserva la Armada local –de la serie Karel Doorman, o clase M– son de principios de los noventa, y serán reemplazadas con un diseño que incluye ametralladoras operadas en remoto o un software capaz de recomendar la mejor estrategia de navegación ante una amenaza. Las han diseñado Damen y Thales: estas dos compañías recibieron fondos antiCovid del Gobierno holandés por importe de más de 20 millones de euros para evitar despidos y a través de un programa de rescate no supervisado por la Comisión Europea (Noodmaatregel Overbrugging Werkgelegenheid, NOW). Se entregarán a partir de 2028; las dos belgas –es un proyecto conjunto entre ambos países–, después del año 2030.

Presentación del plan holandés

El detalle

El proyecto está ya programado y aspira a ser receptor del Fondo Europeo de Recuperación. El Masterplan tiene dos fases: la primera, con 70 millones de ayudas europeas –el 75% del proyecto partiría de la inicativa privada– se centraría en la creación de un “ecosistema” de investigación e innovación. Aquí entran programas de energía de metanol e hidrógeno, sistemas energéticos de baterías o de monitorización. La segunda se vertebra ya sobre la ejecución de los llamados proyectos de lanzamiento. A los de la Armada (Marina Koninklijke) le corresponderían una inversión de 45 millones, la misma que para barcos fluviales de la Rijkswaterstaat. Otros 45 millones se destinarán a embarcaciones civiles libres de emisiones, tanto de soporte para parques eólicos marinos como pesqueros o de transporte fluvial. “Nos aseguraremos de que para 2030 estarán navegando un total de 30 barcos holandeses libres de emisiones, y que la tecnología utilizada está ampliamente disponible” para comercializar, reza el proyecto. Que no es 100% nuevo, sino que recicla una iniciativa defendida en 2019 por la asociación de armadores holandeses (Koninklijke Vereniging van Nederlandse Reders) para “participar” del European Green Deal.

Recreación de las futuras fragatas de Holanda y Bélgica

No existe ninguna planificación similar en España, ni a iniciativa del sector ni espoleada por el Gobierno central. En Países Bajos, los grupos ChristenUnie, CDA y PEC –a través de mociones formuladas por los diputados Chris Stoffer, Eppo Bruins y Mustafa Amhaouch– han emplazado al Ejecutivo de Rutte a participar de forma más activa en el diseño de proyectos que beneficien al sector.

“Examinando las posibilidades de cofinanciación o adelantando los contratos de Defensa, y determine cómo se pueden utilizar los fondos europeos”

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El naval gallego, a través del clúster Aclunaga, ha emplazado a Madrid a que_“copie” los esquemas de ayudas públicas ejecutados por Ámsterdam y Berlín para paliar los efectos del Covid en el sector, a través de los que han desembolsado ya más de 655 millones de euros. Sin respuesta, de momento. En lo que va de año, y con tres barcos, solo Armón Vigo ha puesto contratos en vigor en Galicia.

Al ralentí ante el desafío

En contraposición con la iniciativa de Ámsterdam, los astilleros de Vigo arrancan su alianza sin ideas cerradas que llevar a la UE

Los máximos responsables de los cinco principales astilleros que operan en Vigo –Hijos de J. Barreras, Freire Shipyard, Armón Vigo, Metalships & Docks y Cardama– retomaron ayer los encuentros de cara a materializar en propuestas concretas la alianza que han tejido para encarar el futuro con una mayor cooperación. De nuevo la Autoridad Portuaria de Vigo, todavía con Enrique López Veiga, ejerció de anfitrión virtual para exponer a estas empresas las posibilidades que les ofrece el antiguamente conocido como plan de usos (ahora, Delimitación de Espacios y Usos Portuarios, DEUP). Con capacidad para aprobar planes urbanísticos, conceder licencias y concesiones, el DEUP aporta a los astilleros posibilidades de expansión, relocalización o inversión en distintos puntos de la ría; no volverán a tener una ocasión así –inciden fuentes del Puerto– en veinte años. Es una alianza incipiente, impulsada por el gerente del clúster Aclunaga, Óscar Gómez, pero de momento no ha explorado proyectos conjuntos de inversión, de lobby ante Madrid o planificaciones multisectoriales como la tejida ya por la industria de Países Bajos.

Reunión virtual de los astilleros de Vigo con el Puerto, Xunta e Igape APV

Por ahora esta especie de confederación trabajará en las alegaciones del DEUP, en fase de exposición pública. Más allá de eso, en sus manos queda el explorar propuestas que elevar a Bruselas, tanto de cara a los fondos de reconstrucción como las partidas antiCovid que Ámsterdam o Berlín ya han distribuido entre astilleros y auxiliares. Existe una iniciativa sobre la mesa que concita consenso, y pasa por la recuperación de la Marina de San Gregorio, en Vigo, para permitir la expansión de los astilleros. A día de hoy existe un tramo de unos 130 metros entre las instalaciones de Cardama –acaba de recibir el plácet de Medio Ambiente para poder desguazar barcos– y Freire, espacio que disfruta en régimen de autorización la Agrupación Náutica San Gregorio. No es una concesión, y ocupa 4.150 metros cuadrados de lámina de agua (la que tenía Vulcano, por ejemplo, era de 6.527 metros).

"Hay buena disposición, y hay más actores que están arrimando el hombro”

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La presencia ayer en el encuentro de la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias, fue aplaudida por todos ellos. Un representante del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) también asistió.

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