BBVA y Sabadell negocian su integración para crear otro gigante de la banca española

BBVA y Sabadell negocian su integración para crear otro gigante de la banca española

BBVA y Sabadell negocian su integración para crear otro gigante de la banca española

Los movimientos para la integración entre el BBVA y el Banco Sabadell avanzan a pasos agigantados. Tras meses de contactos y rumores, la operación ha recibido por fin este lunes el pistoletazo oficial de salida. Las dos entidades están estudiando a fondo el proceso de integración, según se han visto obligadas a reconocer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en sendos comunicados. El anuncio se produjo horas después de que el BBVA informase de la venta de su filial en EE UU por 9.700 millones de euros, una transacción que le permite hacer caja con la que financiar la integración que negocia con el banco de origen vallesano.

La suma de los dos bancos crearía un gigante con 963.108 millones de euros en activos, con datos del cierre de septiembre, de los que un 75% corresponderían al BBVA. En España, el tamaño de su balance ascendería a 596.481 millones (un 67% aportado por el BBVA), lo que le colocaría en el mercado local justo por detrás de la suma de CaixaBank y Bankia (665.470 millones) y por delante de la filial española del Santander (352.296 millones, cifra que no incluye todos sus negocios en el país). El banco presidido por Ana Botín, en cualquier caso, seguirá siendo el más grande de los españoles gracias a su negocio internacional (1,51 billones de activos totales).

Antes del más que previsible ajuste laboral para lograr los ahorros de costes que justificarán financieramente la integración, la fusión contaría en un primer momento con una plantilla de 148.028 trabajadores (124.110 del BBVA y 23.918 del Sabadell), de los que 46.365 están en España (29.475 y 16.890, respectivamente). Además, tendría 9.769 oficinas (7.565 y 2.204), de las que 4.240 se encuentran en territorio español (2.521 y 1.719).

Se trata de la tercera gran integración en marcha simultáneamente en el sector –algo inédito– tras la pactada por CaixaBank y Bankia (una operación que precisamente abocó a BBVA y, sobre todo, a Sabadell a integrarse entre ellos a falta de otras “novias” más pertinentes) y la de Unicaja y Liberbank, que está en negociación. La escasa rentabilidad por los bajos tipos oficiales, el previsible incremento de la morosidad y la presión de las autoridades está llevando a la banca a una nueva oleada de consolidación.

La noticia se ha precipitado después de que “El Confidencial” informase de que las dos entidades habían contratado asesores para estudiar la operación. En su comunicado al cierre del mercado, el BBVA confirmó la existencia de “conversaciones con representantes” del Sabadell con la “autorización” de su consejo de administración. También desveló que el estudio de la operación ya está adelantado, pues se ha iniciado el “proceso de revisión (due diligence) recíproco en términos habituales en este tipo de operaciones y designado asesores externos”. Es decir, que ya están estudiando los números de su competidor para verificar su situación.

Como es habitual, el banco ha dejado constatado que “no se ha tomado ninguna decisión” y que “no existe certeza alguna de que se llegue a adoptar ni, en ese caso, sobre los términos y condiciones de una eventual operación”. En los mismos términos se expresó el banco que preside Josep Oliu en su comunicado a la CNMV. La operación, en cualquier caso, cuenta con el visto bueno del Gobierno y del Banco de España, que son partidarios de la consolidación del sector financiero español.

El BBVA ha contratado al banco de negocios estadounidense JP Morgan para abordar las negociaciones de compra, mientras que el Sabadell se ha hecho con los servicios de Goldman Sachs. Desde hace varias semanas, dos equipos trabajan en representación de cada una de las entidades.

Además de los bancos de inversión, están formando parte de las negociaciones los respectivos asesores legales, entre los que están los despachos Uría Menéndez por parte de Sabadell y Garrigues por la de BBVA.

La unión formaría el tercer grupo financiero de Galicia

Galicia dejó de ser periferia en la reestructuración financiera que arrancó en 2008 con los primeros ajustes impulsados en el sector tras la etapa del crédito fácil y que se aceleró a partir de 2010 cuando la crisis dejó a algunas entidades con el agua al cuello. Fue el annus horribilis de la negociación forzada para la fusión de las dos cajas gallegas, uno de los peores matrimonios que surgieron en aquel baile por la enorme carga de la morosidad de Caixa Galicia. El rescate de NCG obligó a poner a la venta casi toda la cartera industrial acumulada por ambas entidades y el Banco Gallego, participada por Caixanova, salió a subasta. El FROB lo adjudicó a abril de 2013 al Sabadell por un euro tras una inyección de 245 millones de euros. La entidad catalana pudo por fin ver cumplido su deseo de hacerse grande en un territorio al que le tenía ganas desde hace tiempo. Con marca diferenciada en un guiño a la comunidad y un consejo consultivo propio donde se sientan destacados empresarios, el Sabadell Gallego es hoy la quinta entidad financiera con mayor presencia aquí. Tenía al cierre del pasado año 107 oficinas, según el informe de la patronal AEB. La entidad alcanzó casi 7.850 millones de euros de volumen de negocio en el tercer trimestre del año tras un incremento del 17,8% en comparación con el mismo periodo de 2019; y sumó 7.700 nuevos clientes. La unión con BBVA daría lugar al tercer grupo financiero de Galicia (unas 250 sucursales) por detrás de Abanca y Santander. El banco presidido por Carlos Torres Vila cuenta con 147 oficinas y daría así el sorpasso a Caixabank –que engloba 177 con Bankia– en uno de los territorios con mayor ahorro de España. Fue uno de los interesados en hacerse con NCG.