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El Covid también hunde el furtivismo: los decomisos bajan casi un 25% en Galicia

En los siete primeros meses de crisis sanitaria Gardacostas se incautó de casi 23.000 kilos de pescado y marisco | El sector teme que la actividad vuelva cuando se supere la pandemia

Guardia rural de pesca en la playa de Lourido controlando el furtivismo Gustavo Santos

El sector pesquero fue golpeado por la crisis sanitaria del coronavirus. La flota sufrió graves problemas para realizar los relevos de las tripulaciones en la flota de larga distancia y los precios cayeron durante el estado de alarma. Solo en los primeros 50 días de cerrojazo las lonjas de la comunidad dejaron de ganar más de 20 millones de euros respecto a las mismas semanas del año anterior. La situación mejoró sensiblemente durante el verano, con un alza de precios de la mano de la “nueva normalidad” y la apertura del canal Horeca. Y si el sector legal sufrió, el ilegal no se quedó atrás. Los efectos del Covid-19 también hundieron al furtivismo que opera en Galicia, con una caída de los decomisos de casi el 25% en los primeros siete meses de la pandemia. El Servizo de Gardacostas de Galicia explica que las restricciones de movilidad y las otras medidas del estado de alarma “disuadieron de forma importante la actividad furtiva”. Las cofradías, sin embargo, temen que cuando todo vuelva a la normalidad la actividad de los pescadores y mariscadores ilegales volverá a repuntar.

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Los datos de la Consellería do Mar (de la que depende Gardacostas) a los que tuvo acceso este periódico reflejan que entre marzo y septiembre se realizaron un total de 4.758 inspecciones que resultaron en el decomiso de 22.918 kilos de pescado y marisco, además de 15.340 incautaciones de los equipos y materiales empleados por los furtivos. En total los efectivos de Gardacostas detectaron un total de 1.472 infracciones, también casi un 25% menos que hace un año.

Desde la Consellería explican que con las medidas por el Covid y, en especial, por el estado de alarma, la vigilancia aumentó por parte de los cuerpos de seguridad del Estado y, además, también varió la actividad de Gardacostas (de ahí que las inspecciones también disminuyesen un 32%).

“Es cierto que al furtivo tanto le da medidas como el toque de queda, pero como no tienen a quien venderlo no van”

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El presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez, opina que los datos se deben principalmente a la falta de compradores para el producto de los furtivos. “Es cierto que al furtivo tanto le da medidas como el toque de queda, pero como no tienen a quien venderlo no van”, comenta. De la misma opinión es el presidente de la federación nacional de pósitos (FNCP). “Si ya fue un año raro para los que están legal, peor lo pasarían los furtivos”, indica el lucense Basilio Otero.

Ambos coinciden que cuando se supere la pandemia los furtivos volverán a las andadas. “Nosotros notamos la bajada, pero no creo que vayan a dejarlo”, explica Pérez. Para Otero lo importante sería atajar la compra en sí del producto de los furtivos en aquellos establecimientos o empresas que actúan al margen de la legalidad.

Los datos

Los datos muestran que entre marzo y septiembre los mayores decomisos se dieron en la zona que va de Fisterra a Porto do Son (7.247 kilos), aunque la provincia con más incidencia fue la de Pontevedra: entre A Guarda y Vigo los efectivos de este servicio se hicieron 5.563 kilos, mientras que entre San Vicente y la Ría de Pontevedra fueron 6.259.

No obstante, los datos de enero y febrero (antes del estallido de la pandemia) así como los que figuran durante el leve repunte económico del período de “nueva normalidad” elevan la cifra acumulada del año de decomisos a 32.648 kilos, una reducción de solo el 6,4% respecto a 2019.

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