Arquitecto de software a tiempo completo y sueldo negociable. Ingeniero de desarrollo para incorporación inmediata. Ingeniero de hardware. Programadores de Frontend, DevOps y Java. Especialista de comunicaciones y seguridad. Gerente de sistemas “para establecer los procesos, la tecnología y la organización de la nueva área de desarrollo de software” de la empresa. Técnico de redes y soporte. Y así una larga lista de perfiles ligados a las tecnologías de la información y la comunicación, las TIC, en compañías de todo tipo como el grupo Monbús y Sargadelos, negocios variopintos –desde los servicios sociales a la automoción–, e incluso la administración pública, con la Xunta en busca de programadores para aplicaciones informáticas.
Portales de empleo, firmas especializadas en el mercado laboral y redes profesionales se llenan estas últimas semanas con ofertas de este tipo en la particular desescalada que vive el sector. La contratación se resintió durante los primeros meses de la crisis del coronavirus, aunque menos que otras y “ahora se está recuperando el ritmo de forma notable”, explica Antonio Rodríguez del Corral, líder del Clúster TIC Galicia.
La firme apuesta por la digitalización de la economía en los fondos de reconstrucción de la UE por la pandemia es el enésimo revulsivo en una actividad cada vez más estratégica “y las empresas se están anticipando”. En los últimos cinco años, entre 2014 y 2019, el sector TIC en Galicia pasó de los 14.000 a los 19.000 trabajadores. La encuesta interna de la entidad entre sus más de cien asociados afloró el pasado ejercicio la existencia de unas 1.000 vacantes.
“Estamos acabando la de 2020 y veremos cuál es el resultados, pero es de esperar que el empleo crezca bastante en el próximo ciclo”
A eso también apunta la evolución en estos meses de crisis. Las tres principales ramas de actividad del sector TIC son una excepción frente a la caída generalizada de la ocupación en la comunidad con la incorporación de 1.129 efectivos en los últimos doce meses. La plantilla en empresas de servicios de información aumentó un 2,4% (22 nuevos puestos), hasta un total de 925 a último día de octubre. El alza en telecomunicaciones, donde trabajan más de 3.400 personas, fue del 11% (337). Las afiliaciones en programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática subieron un 6,7% (770) y rozan las 12.300, según los datos publicados ayer mismo por el Instituto Galego de Estatística (IGE) con la información suministrada por la Seguridad Social.
Como casi todo, las semanas de parón por el confinamiento de marzo y abril dejaron en el aire los encargos de “grandes clientes”, arrastrados por las medidas de contención de gasto impuestas en muchas compañías para capear el temporal. “Ahora que en los presupuestos públicos y en los de las empresas hay un componente claro hacia la digitalización se intenta reabsorber lo que no se hizo en ese tiempo”, indica el también presidente de Cinfo, firma especializada en inteligencia artificial, tecnología de vídeo y contenidos de televisión a través de internet.
La inversión de las empresas gallegas de más de 10 empleados en tecnologías de la información y la comunicación ascendió a 346 millones de euros el año pasado tras un incremento cercado al 12%, respecto a 2018, según el último balance del Instituto Nacional de Estadística (INE). Nunca se había alcanzado en la región esa cifra. A equipos se destinaron 87 millones de euros; unos 108 millones fueron para servicios y consultoría TIC; 130 millones de euros para software estándar o a medida; y la partida de otros gastos superó los 20 millones de euros.
Web (80,9%), firma digital (84,8% y, aunque en menor proporción, medios sociales (60,9%), concentran el uso de las nuevas tecnologías entre las empresas gallegas con acceso a internet. Los servicios en la nube son todavía residuales (21%) y todavía más el big data (9,2%) e internet de las cosas (16,7%). Casi una de cada diez emplea robots y el 4,5% impresión en 3D.
“La crisis está demostrando que la necesidad de digitalizarse es real y que los más preparados en este sentido aguantan mejor la situación que vivimos”,
El sector busca perfiles variados, con el “histórico” problema de cubrir el vacío en programadores de Frontend, la parte de las páginas web que interactúa con los usuarios. “Es la más visible y un trabajo bonito y, sin embargo, entre los profesionales no existe esa percepción y prefieren estar en la parte del servidor”, cuenta Rodríguez del Corral. El tirón de la demanda se nota también en las labores de consultoría para “toda la fase previa de implantación tecnológica”. “Son decisiones arriesgadas para una empresa que muchas veces no acomete la digitalización no por falta de tecnología –añade–, sino por desconocer por qué modelo decantarse”.
El “reciclaje” de parados cobra fuerza en la estrategia del Clúster TIC Galicia para salvar la falta de vocaciones en el sector “pese a que no hay otro con un mejor desarrollo de carrera incluso para crear un negocio propio y que más potencie la conciliación”. “Aunque lleve un año o año y medio formar a desempleados, puede ser una oportunidad”, afirma Rodríguez del Corral.
HUGO BARREIRO
