Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

PSA-Vigo despierta del sueño

Confinamientos y restricciones por toda Europa acercan el final de los meses de récord en Balaídos | Anulada la producción de furgonetas el próximo domingo

Operarios en la fábrica de PSA-Vigo. FdV

Tenía que llegar. Después de pulverizar récords históricos de producción mensuales y diarios a lo largo de los meses de septiembre y octubre, PSA-Vigo atisba lo que otra plantas de coches en España llevan más tiempo sufriendo: una nueva caída de las ventas por la batería de confinamientos y restricciones implantadas a lo largo y ancho de toda Europa. Por ahora es un ligero cambio de planes –se anula la producción de furgonetas el próximo domingo por ajustes de mercado–, pero a nadie en la fábrica ni en el sector se le escapa que Balaídos estaba disfrutando de un dulce sueño gracias a los pedidos que quedaron sin servir a los clientes durante los primeros meses de la pandemia y el adelanto de producción ante una posible paralización –de nuevo– del sector.

El propio director de la planta gallega, Ignacio Bueno, lo reconocía en sus últimas intervenciones: no hay seguridad en el horizonte por el Covid-19. Hay que tener en cuenta que el centro batió en septiembre su récord histórico de producción en un mes, rozando las 60.000 unidades, y a lo largo de octubre pulverizó también sus máximos diarios, con más de 2.500 coches en una jornada; pero este éxtasis productivo, casi único en Europa, parece tocar a su fin. Ayer, los responsables de la factoría comunicaron al comité que se suspende el turno de noche en el Sistema 2 (Berlingo, Partner, Combo y Proace City) del domingo por un “ajuste natural de las evoluciones de la demanda comercial, especialmente inestable en el actual contexto de la pandemia”. Es decir, se resienten las ventas.

Tras un cese de actividad durante casi dos meses, y una vez restaurada totalmente la actividad de la planta en verano, PSA-Vigo volvió a trabajar al máximo de su capacidad. Primero porque muchos pedidos anteriores al coronavirus habían quedado sin entregar a los compradores; segundo por el éxito comercial de los modelos vigueses, en particular del nuevo todocamino y las furgonetas, un segmento que se ha beneficiado del espectacular crecimiento del comercio online –por las necesidades de las empresas de paquetería–, y tercero porque PSA lleva meses anticipándose a esta segunda ola que amenaza con anegar Europa, adelantando toda la producción posible por si es necesario volver a parar máquinas en invierno.

Fuentes sindicales y del sector coinciden en que tanto PSA como sus proveedores cuentan con medidas de flexibilidad laboral suficientes para hacer frente a estos vaivenes del mercado, aunque todo dependerá de su intensidad y duración. Pese a todos los mecanismos de que disponen las empresas, en la primera ola, que llevó a un confinamiento severo y a la paralización de buena parte de la actividad empresarial, PSA y los fabricantes de componentes no tuvieron más remedio que solicitar expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE) para capear el temporal, muchos de los cuales se ampliaron hasta finales de año por precaución aunque no se están utilizando; por ahora.

Compartir el artículo

stats