La fusión de Bankia y CaixaBank recibirá el visto bueno de las juntas de accionistas de ambas entidades el 1 y el 3 de diciembre, respectivamente. Los consejos de administración de los dos bancos se reunieron ayer para aprobar la convocatoria de las asambleas después de recibir el preceptivo informe del experto independiente (la auditora BDO) nombrado por el Registro Mercantil de Valencia para valorar la operación. La firma ha considerado que el canje de acciones pactado por los gestores “está justificado y los métodos de valoración utilizados, y los valores a los que conducen, son adecuados”.

El Estado, por su parte, se ha pronunciado también favorablemente de forma oficial. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tras estudiarlo con asesores como el banco de inversión Nomura, asegura que la fusión “mejorará el valor de la participación indirecta en Bankia y tendrá un efecto positivo sobre las perspectivas de recuperación de ayudas en futuras desinversiones”. Asimismo, ha nombrado a Teresa Santero, profesora del Instituto de Empresa y consejera independiente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), como su representante en el consejo.

La junta de Bankia tendrá lugar el 1 de diciembre en Valencia, donde ambas entidades tienen su sede social, aunque se podrá asistir de forma telemática. Dos días después será el turno de los accionistas de CaixaBank, en el mismo Palacio de Congresos, y también con la posibilidad de seguirlo a distancia.

Los informes

Los consejos de los dos bancos también han publicado sus informes sobre la integración. En los mismos, confirman que “tras la ejecución de la fusión, la entidad combinada completará el análisis de los solapamientos, duplicidades y economías de escala derivadas del proceso, sin que a esta fecha se haya tomado ninguna decisión en relación con las medidas de índole laboral”. Además, reiteran que la más que previsible salida de empleados “se llevará a cabo respetando los procedimientos legalmente previstos en cada caso”.

El de CaixaBank también argumenta que la “situación de pandemia actual, unida a otros retos estructurales a los que los bancos de la Eurozona se enfrentan –transformación digital, baja rentabilidad en el entorno de tipos descrito, etc.–, convierten la fusión que se plantea entre CaixaBank y Bankia en una oportunidad estratégica para ambas entidades”. La operación, continúa, “permitirá abordar en mejores condiciones los retos estructurales antes mencionados y, en particular, alcanzar un número de clientes mayor con una estructura de costes optimizada”.

Más capital flotante

En el caso de Bankia, se destaca que sus propietarios “pasarán a ser accionistas de una entidad con un mayor volumen de capital flotante, lo que debería restar volatilidad a la cotización de sus acciones”.