El presidente de Prensa Ibérica, Javier Moll, e Isidre Fainé. | // F. B.

El presidente de Mercadona, Juan Roig, aseguró ayer que en estos tiempos de coronavirus “la economía y la salud son igual de importantes, aunque la salud es lo primero”. Habló de la dicotomía entre salud y economía, y dijo que es como la existente entre comer y respirar. “Las dos cosas las tenemos que hacer: primero respirar y después comer, pero si respiras mucho y no comes acabarás por dejar de respirar”, puntualizó. Así de contundente se mostró el propietario de la cadena valenciana de distribución en el diálogo mantenido con el máximo mandatario de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, moderado por la exministra Elena Salgado, actual consejera de Saba Infraestructuras y presidenta de la Asociación Española de Empresas de Consultoría. Según Gorigolzarri, ese debate entre salud y economía “no es un planteamiento binario porque hay que adaptarse a vivir en esa situación”.

Roig y Goirigolzarri coincidieron en sus reflexiones sobre los desafíos de la economía al señalar que los empresarios deben ser los “protagonistas” en el destino de los fondos de reestructuración destinados por la UE para paliar los efectos de la pandemia. Ambos abogaron por estar “al pie del cañón” porque la economía no se puede detener en esta situación, cuando ya se estudia la implantación del toque de queda en todo el país.

Durante su intervención en el congreso, Goirigolzarri afirmó que la mayor caída del PIB de España tiene que ver con su estructura sectorial, en la que tiene gran peso el turismo y los servicios. “Son muy relevantes algunas debilidades de la economía española como la baja productividad, un mercado laboral muy dual y parte de su economía, sumergida”, lamentó. En su opinión, los Presupuestos del Estado deben contar con el “máximo nivel de consenso”. Y es momento de trabajar más, según Roig. Por eso enfatizó en que “no hay que hablar tanto de la vacuna y trabajar más, coger más el pico y la pala”.

Los empresarios reclaman unidad

Mientras el Congreso de los Diputados debatía ayer, con el tono bronco y en ocasiones faltón y chulesco de los últimos tiempos, una moción de censura al Gobierno que no tenía ninguna opción de prosperar, los empresarios clamaban desde Valencia contra la crispación y por la moderación, la unidad y el diálogo de la clase política ante una pandemia que por momentos parece completamente desbocada, que está provocando una serie incesante de cortapisas a la actividad empresarial con los ya generalizados confinamientos y que amenaza con conducir al abismo a la economía española. El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, fue contundente: “La sociedad es moderada. La gente vive alejada del debate de la clase política que estamos viendo”. Así, recordó los acuerdos con los sindicatos y concluyó que “la sociedad está reclamando unidad. Pedimos amplitud de acuerdos y diálogo”. El líder patronal no quiso pronunciarse abiertamente sobre la posibilidad de un toque de queda, pero afirmó que “la hostelería no es la responsable” de la situación, que “una cosa es cerrar a las once de la noche y otra hacerlo todo el día”, como se ha decidido hacer en Cataluña, y que “el cierre masivo pone en riesgo a la parte más débil de la sociedad”, antes de añadir que “se puede gestionar la pandemia con la economía”. El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, calificó de “desastre” la situación actual con la “peor crisis económica y sanitaria que hemos vivido” y aseguró que, desde la transición, España ha dado “un salto mayúsculo en progreso y bienestar, gracias a la estabilidad y el consenso político”.